
La felicidad es felicidad, no importa que la causa sea pequeña.
Hace unos dos meses el Pachuco y yo rescatamos nuestro jazmín más antiguo (lo tenemos desde que nos mudamos a nuestra actual casa) de un hormiguero que lo tenía asolado ya hacía tiempo. Lo trasplantamos del piso a una maceta, y aunque el proceso fue lento, se adaptó y ahora parece bastante contento. Tiene hojitas muy verdes y tiernitas, y entre las ramas viejas y nudosas asoman muchas nuevas. Es probable que pronto se anime a dar alguna flor. Pero no corre prisa, me doy por bien servida que se haya salvado de los bichos.
Hace cosa de dos semanas el Pachuco y yo notamos que en el sitio donde estaba antes el jazmín brotó un retoñito. Una raicita que se quedó por ahí y sobrevivió el calor y despertó con las lluvias. Aventó unas hojitas muy monas y la microplanta estaba muy bonita en el suelo, cuando las hormigas la atacaron y la dejaron pelona. Ayer me animé a trasplantarla también a una macetita de barro. Hoy llegué a casa y la vi viva aún. Ojalá que siga viva mañana.
Hurón feliz, feliz :D