1. Viernes 29 de febrero: concierto de Bob Dylan. Había de venir en febrero 29 (jajajaja). O sea, el viejito que anda rasguñando ya los setenta años se trepó a un escenario de una de las ciudades más mochas de México, y con sus cinco músicos matones y una producción de lo más sobria, dio uno de los conciertos más bellos, consistentes, elegantes y memorables que jamás haya tenido este rancho bicicletero. Concluimos que a la Hurona le habría encantado. Ojalá un día tenga la oportunidad de verlo, pero dada la edad del cuate, no confiamos en ello.
¿Mencioné acaso que el concierto fue bello, consistente, elegante y memorable?
2. El sábado 1 de marzo la señorita Hurona cumplió dos años. Le hicimos una mini fiesta con merienda, pastel, piñata y bolsitas. La pasó chido con la raza, especialmente con Helena y Grecia, sus dos comadres de base, y conoció a una nueva compinche, Natalia, que promete ser tan lacra como la cumpleañera. Todo terminó chido, excepto por el hecho de que se enfrió la mensa y ahora trae una infección en la garganta. Además, la señorita Grecia le pasó su infección de los ojos a dos asistentes: Helena y la consabida Hurona.
¿Cambió eso en algo en humor de la Hurona? Pues no sabemos qué pensar. Como siempre anda necia y moliendo, no vemos mucha diferencia entre su estado actual y el que normalmente presenta. Aún así, esperamos salir pronto del apuro.
3. Lázaro volvió al hospital por tercera ocasión en lo que va del año. ¿Quién? ¿Lázaro? Ah, sí. El presunto padre del Hurón. Pues sí. Otra vez al hospital, por güey. El ñor jura que ahora sí se cuidó la operación, que ahora sí descansó, que ahora sí tomó sus medicinas y ahora sí se abstuvo de sus amadas chelas. Pero claro, se le olvidó abstenerse de azúcar y carbohidratos, lo cual es delicado para un diabético. ¡Ah, que don Lázaro, se le olvidó que es diabético! ¿Qué cosas, no?
4. El signo de los tiempos. ¿Cómo sabes que la juventud se te está largando a la chingada? ¿Cuando pasas de los treinta? ¿Cuándo los niños en la tienda te llaman "señora" aunque no te veas (según tú) tan dada al catre? ¿Cuándo todas tus hermanas muestran algún achaque raro a pesar de no haber llegado a los treinta? ¿Cuándo traes el pelo canoso? No. La juventud se te va a la chingada cuando te diagnostican insuficiencia venosa (aka, várices).
¿Hurón mortificado? No exactamente. Hurón con güeva. Mucha, mucha güeva. ¿Luchar contra la edad? ¿Pintarse el pelo (bueno, eso tal vez sí)? ¿Aplicarse un facial? ¿Caminatas terapéuticas? ¿Y con una Hurona moliendo? ¿Y con episodio doble de Doctor House?
Lo bueno, es que uso pantalón y falda larga. Nadie notará las várices.
He dicho.
martes, marzo 04, 2008
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