miércoles, diciembre 27, 2006

Merri Crísmas y Japi Niu Yer


Bueno, sí.


Ya sé que en Navidad no le hablé a nadie. Me la pasé en chinga desde dos días antes comprando fregaderas y cocinando mi cena de Navidad y la de mi abuela. Pero quedó todo. Y no conforme con eso fuimos a casa de doña Josefina, aka, el Manicomio, donde mi hermano y yo nos mentamos la madre. Resultado, me fui enfurruñada de la jause a pesar de haber pasado un rato muy chido con mis hermanas. Equis. Ahora sí que no vuelvo a ir. Cuando voy y veo a mi hermano briago y asmático por pendejo (porque fuma el pendejo, pues) me dan ganas de estrangularlo. Además de eso, todo estuvo muy chido. Estuve con mi gente (qué remedio, no los puedo cambiar), con mi Nena, con Renato y al rato con el Flaco y Bianca.


Bueno, yo espero que todos vosotros si la hayan pasado chido sin lugar a dudas. Con la family, con la gente que quieren y comiendo como viles puerquitos. Eso me encanta de diciembre. Que te la pasas comiendo bien rico y no te da cosa, ni remordimiento ni nada parecido. La resaca llega en enero. Pero como es resaca a nadie le importa, je.


El jueves o el viernes, aún no sabemos, nos vamos a Victoria. A llevar a la Nena a conocer la tierra de su progenitor. Hogar de sus ancestros y del diecisiete. Si no saben qué es el diecisiete, pregúntenle a Renato. O al Flaco, que está bastante enterado de la anécdota.


Así que parte del propósito fundamental de este post es desearles muy feliz Año Nuevo. Que se la pasen chido. Que todos sus deseos (malsanos o decentes, qué importa) se les concedan. Que les (nos) lluevan bendiciones. Que el amor corra a raudales. Que haya jale para todos, y si no va a haber jale, que un pariente rico nos herede y así tengamos lana sin trabajar. Que todo mundo sea feliz, esté satisfecho, sin traumas y sin achaques. Y todas las cosas chidas que se me haya olvidado mencionar, pero que sin duda hubiera querido decir. Los quiero mucho, cabrones.


Y ahora paso a retirarme porque es tarde, tarde y ya me dio sueño. No sé si voy a actualizar este antro los próximos días, así que de nueva cuenta, Feliz Año Nuevo. Los conmino a que seais muy very extremadamente felices. Sí, sí.

sábado, diciembre 23, 2006

Adela Hornitos Reposado

Adéle de los monstruos
Por Yasmín Santiago


“Tous des monstres” (Todos monstruos)
Le Noyé à Deux Têtes

4 de noviembre de 1911. Museo de Historia Natural del Jardín de las Plantas. Lo imposible sucede. El huevo de pterodáctilo que el museo exhibía al público se rompe, dejando en libertad a una monstruosa criatura prehistórica. A partir de este acontecimiento, París se verá asolada por una serie de muertes en las que la criatura aparece involucrada. Pero este hecho extraordinario es apenas el primero de un sinfín de aventuras increíbles y delirantes.


Esta es la premisa con la que abre la serie representativa de la bande desinnée francesa Les Aventures Extraordinaires d’Adèle Blanc-Sec (Las aventuras extraordinarias de Adèle Blanc-Sec), heroína de nombre un tanto pintoresco (en español mexicano un equivalente algo guarro de su nombre podría ser Adela Hornitos Reposado) creada por Jacques Tardi, el prestigioso comiquero francés que inició su carrera nada menos que ilustrando las historias de Jean Guiraud, Moebius.


Adèle es una heroína tan extraordinaria como sus aventuras. Es una chica de avanzada que, en pleno inicio del siglo XX, vive sola, se rodea de compañías un tanto dudosas y ejerce una extraña mezcla de oficios que va desde escritora hasta ladrona y secuestradora. Nada de lo que ocurre en su vida a partir del primer tomo de sus aventuras (Adèle et la Bête) parece estar bajo su control. La primera aventura trae como consecuencia otra más descabellada (Le Démon de la Tour Eiffel), donde Adèle se enfrenta a la secta de adoradores del demonio sumerio Pazuzu, y justo cuando parece que las cosas no pueden empeorar, llega una nueva aventura cada vez más disparatada e imposible que la anterior.


Las aventuras de Adèle tienen pocos paralelos con los cómics que acostumbramos leer. No hay héroes ñoños surcando los aires, ni mutantes luchando por conseguir un lugar en el mundo, ni hombres encapuchados en una cruzada personal contra el crimen. Hay una chica escéptica y cínica, el mundo convulsionado por una guerra inminente que saca lo peor de cada ser humano, científicos locos, hombres que reviven bestias prehistóricas con telepatía, magnates industriales megalómanos, altos funcionarios adoradores de demonios antiguos, momias vivientes y especializadas en física nuclear, monstruos lovecraftianos asesinando fenómenos de dos cabezas y soldados que se automutilan para desertar honrosamente de la Primera Guerra. El mundo de Adèle es un mundo en el que reina el caos, donde el hombre tiene poco o nada qué decidir en los acontecimientos de los que toma parte. La temática de Tardi es siempre la misma: el absurdo de la guerra, el desorden que impera en la vida y la sociedad humana, el prevalecimiento de los intereses de unos cuantos poderosos sobre los de la mayoría, y la profunda monstruosidad que encierra el alma humana, capaz de eclipsar en bizarría a los horripilantes monstruos que desfilan como si nada por las calles de París para meterse como cuña en la vida de Adèle. Tan imponente es el caos que Adèle acaba convirtiéndose en espectadora de sus propios acontecimientos. Ya nada la sorprende, porque sabe que la próxima aventura superará en absurdo a la anterior.

París, como ciudad, es un personaje constante de estas historias. El ambiente de la belle époque, con sus tintes entre decadentistas y pujantes, constituye un magnífico telón de fondo para la interminable procesión de personajes inusuales que desfilan al lado de Adèle. La misma Adèle, con su temperamento escéptico hasta la desesperación y sus arranques nihilistas, se ve a juego con este ambiente abigarrado y oscuro.

Las historias de Adèle son fieles a la más pura tradición del folletín decimonónico. Aparecieron por primera vez en publicaciones diarias, y actualmente se consiguen en los volúmenes publicados en editorial Casterman (Francia) o en editorial Norma (España). El cómic, magnífico homenaje a grandes nombres de los folletines de aventuras o de tintes de ciencia ficción como Verne o Wells, empezó a publicarse desde los 70’s y no ha llegado aún a su culminación, debido a que Tardi se ha ocupado de otros proyectos. Esta situación ha derivado en que la serie de Adèle aparezca de manera un tanto errática. Los tomos aparecidos hasta la fecha son los siguientes: Adèle et la Bête (Adèle y la bestia), Le Démon de la Tour Eiffel (El demonio de la torre Eiffel), Le Savant Fou (El sabio loco), Momies en Folie (Momias enloquecidas), Le Secret de la Salamandre (El secreto de la salamandra), Le Noyé à Deux Têtes (El ahogado de dos cabezas), Tous des Monstres (Todos monstruos) y Le Mystère des Profondeurs (El misterio de las profundidades).

Otros trabajos de Tardi se encuentran íntimamente ligados a Adèle: Adieu Brindavoine y La Fleur au Fusil (Adios Brindavoine y La flor en el fusil) son dos pequeñas historias que presentan a Lucien Brindavoine, soldado de la Primera Guerra Mundial que tendrá un papel importante en la vida y supervivencia de Adèle. Otros títulos, como Le dèmon des glaces (El demonio de los hielos), se entrelazan indirectamente con la serie de nuestra heroína, debido a que en algún momento dan cuenta de sucesos ocurridos a Adèle y compañía.

Con todo lo anterior no he querido decir que Adèle no tenga paralelos en el mundo del cómic: Tardi no es ni será el único comiquero con deseos de rendir homenaje a sus santos patronos. Mike Mignola con Hellboy, el Batman del mismo Mignola y de Richard Pace (The Doom that Came to Gotham) y de Grant Morrison (Arkham Asylum) o más notoriamente Alan Moore con The League of Extraordinary Gentlemen han hecho algo similar. Adèle, con sus monstruos sacados de los relatos de Lovecraft, Verne, Doyle y Gautier, cuenta con el mérito de haber llegado primero al mundo del cómic que la Mina Harker y los bizarros (o más bien fenómenos) caballeros victorianos de Moore. Como dice uno de los muchos personajes incidentales de Adèle: todos monstruos. Incluso aquellos que parecen no serlo.


*Publicado en Sonitus Noctis Núm. 7, Diciembre de 2004. www.sonitusnoctis.com

¡Feliz cumpleaños, Engendro!


Pues sí. Hoy (espero que aún 22 de diciembre de 2006) cumple años el querido Engendro, alias el Sr. Sensato, el Fuego Fatuo, el Mario, etcétera.


Conocí a este cabrón chiquito, chiquito. Yo tenía 19 años y el 17. El zonzo tenía una finta de niño reventado que no podía con ella. Y luengos cabellos rizados. Me lo presentó Itzel, nuestra querida y nunca bien ponderada amiga. Yo sí la quiero, nomás porque metió a este hijo de la chingada a mi vida. Poco después conocí al Nicolás, que tampoco canta mal las rancheras. Unos meses antes a la Diana. De eso hace once años. Chance y más. Es un chingo. Un tercio de mi vida. De nuestras vidas.


Eso quiere decir que esta es la undécima ocasión en que te celebramos un cumpleaños, güey. Feliz cumpleaños. Te deseo (te deseamos todos) lo mejor. Dinero, pos va y viene. Amor, ya tienes, cabrón :) Y salud... pos ahí sí está en chino, porque somos bien achacosos, pero espero que este año te vaya mejor en ese rubro.


Muchos besos, Engendrito, y que lo pases bien chingón y a gusto.

jueves, diciembre 21, 2006

La cruda de Dios



Bueno, hoy ando de huevas.

Todavía no hemos podido revisar las unidades de los poetas porque Porrúa se apendejó y no envió al tiempo el material por nóséqué problemita beyond its control. Como quien dice, "dificultades técnicas, seño". Y nosotros como si no tuviéramos nada (importante o no) qué hacer, aquí en plan de bulto.

Así que hoy andamos (o andaremos, je) como gallinas descabezadas. Todo en pro de que el book salga bonito, cuero, chulo. Con ganas de que lo lean los güercos, pues. Me gustaría poner una notita al principio del libro: "EL ALUMNO QUE LOCALICE ERRORES ORTOGRÁFICOS Y SINTÁCTICOS CON PRUEBAS EN LA MANO, O SEA, CON LA GRAMÁTICA DE LA REAL ACADEMIA POR UN LADO, SERÁ RECOMPENSADO CON EXAMEN INDICATIVO EXENTO".

Pero todo son sueños guajiros. Ni me van a dejar poner un letrerito así, ni los güercos se van a dar cuenta de que el primer error garrafal es precisamente este aviso porque, para empezar, está todo en mayúsculas. Je. Lo que te deja ser tícher por más de siete años.

Bueno, les decía que tengo hueva. Ya no ando tan jodida como ayer de mi asma, pero igual sigue chingando (como toda asma digna de respeto). Hoy nos tiene que llegar de córrele el resto del material porque -¡cosa más sorprendente!- ya empezaron a imprimirlo por partes. Así, sin que nos dieran chance de corroborar que no se les había ido ninguna otra burrada. Nos dieron mágnanimamente (y eso que Magnánimo yo) la oportunidad de checar rápido, rápido que todo estaba bien y la raza, ah... ¿contenta? Sí, contenta, qué más. Hoy a ver de a cómo nos toca. Por de pronto, me faltan compras navideñas. Eso me preocupa más que los poetas, la verdad. Y ver a súper Rodrigo, que ayer no contestó en su consultorio en todo el "pinchi" día. Eso me preocupa más aún.

Güeno. Pasen bonito día. Les paso una tira de Sinfest, cómic al que le he tomado afición, en la que Dios se carga una cruda de poca. Para quien no sepa qué onda, puede consultarlo en http://www.sinfest.net/. No es Get fuzzy, pero está muuuyyyy bueno.

Chido.

miércoles, diciembre 20, 2006

¡Lucharáaaannnnn!




¿Qué dijeron? El Hurón es fan de Mucha Lucha. ¡Pues no! Aquí les pongo otras fotos de la sesión de Lucha Libre que se aventó mi retoña hace unos meses. Y se nota que son meses porque traía vestido veraneado.


En fin. Vamos a mitad de semana, parece que el jale va a salir a tiempo después de todo y yo estoy obscenamente asmática. Hoy voy a programar una consulta con Rodrigo, mi súper alergista, para que me haga el paro. Esto nomás ya no puede seguir así.


Bueno, ahi se ven.


Si tengo chance, les subo alguna otro fotito interesante de la Hurona. Pasen un bonito día.

martes, diciembre 19, 2006

Opus 102

La única estación de radio donde se puede escuchar música clásica en estos lares se está largando al carajo.

Les paso estas notas (de El Norte) con respecto a las chingaderas que estaban (y aún están) pasando en Radio Nuevo León...

Piden parar 'agonía' de Opus 102.1

A través de desplegado llaman defender programación clásica de la estación estatal
Lourdes Zambrano

Monterrey, México (17 diciembre 2006).- Un llamado a salvar de la "agonía" a la estación de música clásica Opus 102.1 hizo el doctor en música Rodrigo González Barragán.

En un desplegado publicado hoy a manera de esquela, el también dueño de una academia dedicada al arte sonoro, pide a los radioescuchas defender la estación.

"A la edad de 12 años agoniza Opus 102 (Radio Nuevo León) habiendo vivido siempre bajo la inspiración de los grandes maestros de la música de todos los tiempos, y servido de alimento a la creación y difusión artística de la comunidad de nuestro estado", señala la inserción pagada.

El viernes, EL NORTE publicó que radioescuchas y músicos criticaron el recorte de espacios de la música clásica en la radio estatal. El jefe de la estación, Ricardo Marcos, incluso responsabilizó de los cambios a Consuelo Hinojosa, directora de Radio Nuevo León.

En respuesta, la titular del sistema de radio pública afirmó que no se cortaron horas de música clásica, sino que se hicieron ciertos cambios de cara al Fórum Monterrey 2007.

Para González Barragán la programación era la adecuada, por eso le resulta inexplicable la serie de cambios.

"Para mí es una situación seria, como yo soy músico profesional, honestamente creo que teníamos o que podemos tener aquí en Monterrey una radio que cuanto extranjero ha venido, se ha maravillado", dijo vía telefónica González Barragán.

"El interés mío solamente tiene que ver con mantener lo que con tanto esfuerzo se había logrado", expresó.

En la inserción se lee que como muestra del deterioro en la salud cultural de Nuevo León, han desaparecido los programas "Detrás de la partitura", "Entreacto", "Sesiones de Jazz", "Pauta libre", y se ha reducido el tiempo de "Blanco y Negro" y "Series", entre otros. Éstos han sido sustituidos por más tiempo del noticiero "Punto de Partida" y "Ideas y Consejos", dedicado a temas económicos.

A González Barragán le gustaría saber si antes de que llegaran estos cambios, hubo quejas contra Opus 102.1, de que no funcionara bien o algo similar que diera pie a las modificaciones.

"Es una llamado a la sociedad, porque ella (Hinojosa) se ha referido también a que son 20 radioescuchas sampetrinos los que escuchamos Opus 102", indicó González Barragán.

Al final del desplegado, González Barragán incluye el correo electrónico lutoradionl@hotmail.com para que las personas preocupadas por los cambios manden su nombre y así enviar una carta al Gobernador Natividad González Parás manifestando el desacuerdo con los cambios.


Dan marcha atrás a cambios de Opus 102.1

La molestia se generó por la desaparición de los programas 'Entreacto', 'Alma de tango' y la barra de jazz
Lourdes Zambrano

Monterrey, México (18 diciembre 2006).- Tras los cambios en la programación de la estación estatal de música clásica Opus 102.1 que causaron indignación de radioescuchas, músicos y legisladores, ayer la emisora regresó a su programación original.

Ricardo Marcos, jefe de la estación, dijo que fue informado por Consuelo Hinojosa, directora del Sistema Radio Nuevo León, de la que depende Opus 102.1, sobre la marcha atrás en los cambios que se habían realizado.

"Ya me hicieron revertir la programación a como estaba anteriormente y me acaban de restituir mi voz y mi voto para las cuestiones de Opus 102.1", dijo Marcos.

"Aparentemente la orden fue, obviamente, de alguien superior a Consuelo Hinojosa. Desconozco de quién fue. A mí la directora me lo hizo saber en una junta rápida", dijo vía telefónica Marcos, ayer por la tarde.

El viernes pasado, EL NORTE publicó que radioescuchas, músicos y hasta diputados criticaron el recorte de espacios a la música clásica en la radio estatal.

La molestia se generó por la desaparición de los programas "Entreacto", "Alma de tango" y la barra de jazz y la reducción de horario de "Blanco y Negro" y la barra matutina de música clásica.

Tras estas modificaciones se amplió el horario del noticiero matutino "Punto de partida" y de "Ideas y consejos", programa de corte económico.La titular del sistema de radio pública afirmó en respuesta que no se cortaron horas de música clásica, sino que se hicieron cambios de cara al Fórum Monterrey 2007."

Finalmente se dieron cuenta del impacto social que estaba teniendo esto.

Obviamente hay muchos radioescuchas que escuchan esta estación, mucha gente de diversas esferas. Nos escuchan desde taxistas, que es un hecho, hasta gente del mismo Gobierno. Sí es un programa global, sí es para el bienestar de todos", comentó Marcos.

Ayer EL NORTE publicó que Rodrigo González Barragán, músico y radioescucha, alentó al público de la estación a enviar correos electrónicos a la dirección electrónica lutoradionl@hotmail.com, creada expresamente para mostrar el desacuerdo con los cambios que reducían el tiempo de música clásica en la radiodifusora.

Hasta después de las 14:00 horas, González Barragán dijo haber recibido 136 correos electrónicos expresando su inconformidad con los cambios y que hizo llegar a María Dolores Leal Cantú, presidenta de la Comisión de Educación, Cultura y Deporte en el Congreso estatal.

Entre los mensajes hubo testimonios de personas que suelen poner la estación a sus hijos pequeños, otros que son empleados de oficina que escuchan la estación en su jornada laboral e incluso de una persona que ofreció apoyo económico para conseguir que se volviera a la programación anterior.

Me uní a la protesta de este señor, Rodrigo González, no sólo porque Opus 102 es la única estación de radio en esta pinche ciudad ñoña bicicletera donde se escucha música. NO música clásica, bluesera, jazz, o medieval. Simplemente música. De muchos géneros. Una de las pocas donde se puede escuchar algo que no sea pop desabrido (en español o en inglés, es la misma cosa), cumbias chafas (porque existe las cumbias chidas), gruperas que suenan todas igual...

La directora del sistema Radio Nuevo León (que según sé dirigía Estereo 7) ha tenido la feliz ocurrencia de justificar los cambios en Opus 102 diciendo que la estación, en su formato tradicional, sólo es sintonizada por 20 sampetrinos. Y como saben, yo no soy sampetrina. Vivo en Apodaca, hábitat de cumbiancheros y gruperosos.

No hay pedo. Igual y sí la sintonizan 20 sampetrinos en todo San Pedro. El resto de los radioescuchas somos güeyes que ni a clasemedieros llegamos, que somos tíchers, oficinistas mal pagados, taxistas y amas de casa. Y digo taxistas porque me ha tocado subirme a taxis con esta estación sintonizada. Y bueno, ya estuvo. Que se vaya a la rechingada la pinche vieja subnormal, que el pinche Fórum se vaya a la mierda y nuestras autoridades, que ya no saben en qué otra cosa reflejar su ñoñez y su falta de sentido común, les hagan compañía a los dos. A la pinche vieja y al pinche Fórum, quiero decir.

Plis, únanse a la protesta. El chico que se está haciendo cargo se llama Rodrigo González Barragán, es maestro de música y le pueden escribir a lutoradionl@hotmail.com.

No se trata de ser póser ni paladín de lo que en este pinche rancho se entiende por cultura. Se trata de ya no permitir que nos estén haciendo tragar tanta mierda.

Y ahora sí, pasen bonito día.

viernes, diciembre 15, 2006

Uno de la Highsmith

De crímenes y bestias
por Yasmín Santiago


Crímenes bestiales

Patricia Highsmith

Anagrama, Compactos

Barcelona, 2002.



¿Qué hace que el crimen sea crimen? La intención de quien lo comete. La conciencia de la transgresión a la ley. El deseo de causar daño a otro ser, ya sea en su persona o en su propiedad. ¿Puede el hombre ser un criminal? ¿Puede el hombre robar, agredir, herir, matar, a sabiendas de que hace daño, de que hace mal? Evidentemente sí. Puesto que el hombre razona, puesto que discierne conceptos como el bien y el mal, puesto que puede refrenar sus impulsos destructivos, puede ser un criminal. Para el hombre, el crimen es una cuestión de elección, de decidir entre lo aceptable y lo inaceptable. Ahora bien, ¿puede un animal ser un criminal? ¿Puede cometer una transgresión a las leyes, tomar conciencia de ello, ejecutar la más cruel de las agresiones y no ser un criminal?


The Animal-Lover's Book of Beastly Murder (traducido al español bajo el simplista título de Crímenes bestiales) reúne una colección de trece relatos protagonizados por animales que, debido a las circunstancias, son orillados a cometer graves atentados contra las vidas de aquellos a cuyo cargo se encuentran. Mascotas recelosas, animales de carga, pequeñas bestias salvajes o semisalvajes atacando a humanos potencialmente peligrosos, son los singulares "criminales" que desfilan por las páginas de estas breves historias matizadas de humor negro e ironías.



A diferencia del criminal, es decir, del ser humano que se convierte por decisión propia o por motivos lejanos a su control en un delincuente, los protagonistas de Crímenes bestiales no están sujetos a una conducta ética que les obligue a refrenar sus actos. Se trata de seres que simplemente son traicionados por los humanos que deberían protegerlos y reaccionan en consecuencia. Las agresiones cometidas (mortales con excepción de un par de casos) más parecen una cuestión de justicia que de barbarie. Los animales no atacan a seres humanos inocentes, sino a personas de dudosa calidad moral. De esta manera, amos abusivos, guardianes insensibles, granjeros patanes, sirvientes molestos son las víctimas de estos episodios de furor animalesco.


El cuento más conmovedor, entre otros motivos porque concede al lector la oportunidad de percibir el mundo desde el punto de vista del animal, se titula "La absolutamente última actuación de 'Corista'". Este es uno de los dos cuentos (el otro se titula "Notas de una cucaracha respetable") donde es el propio animal quien cuenta su historia. Corista es un elefante hembra que ha vivido en cautiverio casi toda su vida. Su experiencia con el ser humano ha estado plagada de asperezas y decepciones. Todas las carencias que sufre o ha sufrido las debe a los hombres. Lo único bueno que le ha deparado el mundo humano ha sido Steve, su primer cuidador en el zoológico. Steve jamás intentó dominarla, la trató siempre con dulzura y cuidó de ella con la generosidad de un ser que traba conocimiento con otro. Pero Steve, al igual que Corista, envejeció y fue retirado del servicio. En su lugar llegó Cliff, un joven ríspido ansioso de demostrar que puede domeñar a Corista a base de órdenes y castigos. Corista ha llegado con los años a percibir a los humanos como seres mezquinos que se han propuesto dificultarle la vida. "Recuerdo que en aquellos tiempos, yo tenía mejor carácter que ahora, y sin que Steve me lo dijera, evitaba pasar por debajo de ramas bajas, para que éstas no derribaran a los niños que llevaba en el lomo. Pero si ahora tuviera las oportunidades de aquellos tiempos, dudo mucho que me comportara tal como lo hacía antes." Las oportunidades a las que alude Corista son pocas, pero no por eso dejan de presentarse, y aunque no es ella quien las provoca, aunque sólo se limita a defenderse de las agresiones humanas, las consecuencias de su conducta son desafortunadas para ella.


Otros cuentos memorables narran las peripecias de un hurón semidomesticado adicto a la sangre y la carne cruda, un cerdo trufero ansioso de probar trufas a cualquier precio, un camello en busca de venganza, un gato celoso y un hato de pollos dementes carnívoros. Tales son los personajes de estas historias donde el débil toma la revancha de las injusticias cometidas por el fuerte. Lejos queda del lector el impulso de sentirse horrorizado por la monstruosidad de la reacción instintiva de defenderse a toda costa, de curar el orgullo herido, de borrar de la faz de la tierra al humano agresor. Simpatía, y la sensación de que se ha hecho justicia, es lo que despierta en el lector la sangre derramada por cada animal.


*Publicado en Sonitus Noctis Núm. 6, Noviembre de 2004. www.sonitusnoctis.com

La tuerca y sus vueltas

La inocencia perdida
por Yasmín Santiago





Entonces levanté otra vez los ojos…,
y miré lo que tenía que mirar.
Otra vuelta de tuerca, Henry James.


Durante mi infancia y adolescencia mi abuela me tuvo prohibidas las películas de terror. Decía que yo era demasiado receptiva como para soportarlas. Para protegerse de mis quejas, me decía que tendría pesadillas, o que no podría dormir. De esta manera me perdí de los clásicos de terror de mi época (supongo que así puede llamársele a Poltergeist, Pesadilla en la calle del infierno, Viernes 13, Halloween, sólo por mencionar lo que me viene a la mente). En cambio, alimentaba mi cinefilia con películas "viejitas". Cada vez que transmitían por televisión alguna película de su época, me sentaba a su lado para que la viéramos juntas. Así conocí El halcón maltés, Intriga internacional, Casablanca y Cantando bajo la lluvia. Mi abuela no tenía idea del monstruo que estaba creando; todavía es fecha que me pregunta por qué soy tan afecta al cine, en sus palabras, "de antes".


Pero no puedo quejarme. Fue con mi abuela con quien conocí mis primeras películas de terror, sólo que ella no lo sabía, o fingía no saberlo. Fue ella quien me recomendó Psicosis y Los pájaros. También La mancha voraz y El pueblo de los malditos contaron con su aprobación. Yo me daba perfecta cuenta de lo que ocurría: si la película tenía aspecto antiguo, se me permitía verla. Por eso pude ver The Innocents (Clayton, 1961), película que mi abuela no conocía, de cuya trama no tenía la menor idea. Me dio permiso de verla porque la protagonista era Deborah Kerr, actriz que, según la absoluta convicción de mi abuela, no era capaz de hacer una mala cinta. No necesito decir que la película rondó por mi cabeza durante días y que, efectivamente, fue la causante de algunas de las pesadillas más amedrentadoras que he tenido.


Fue muchos años después, durante mis estudios en facultad, que pude identificar el texto de donde salió The Innocents. Ni más ni menos que Otra vuelta de tuerca, de Henry James. Me gustaría decir que fue una recomendación de mis maestros, pero me temo que fue uno de esos libros a los que llegas por casualidad. Me habían pedido que leyera Daisy Miller para una asignatura, y un amigo mío comentó que el mismo autor tenía una interesante novela de terror.


Otra vuelta de tuerca es quizás una de las más terroríficas novelas que jamás haya leído. Y el miedo, hay que decirlo, forja vínculos tan íntimos y duraderos como el amor. De ahí mi particular inclinación por The Innocents. Protagonizada por Deborah Kerr (Miss Giddens), Michael Redgrave (el tío), Megs Jenkins (la encantadora ama de llaves, Mrs. Grosse), Pamela Franklin (Flora) y Martin Stephens (Miles, y también el líder de los niños demoníacos de El pueblo de los malditos), The Innocents cuenta con el mérito de ser una adaptación fidedigna, sin que esto signifique, como en la mayoría de los casos (por ejemplo, Red Dragon o la última adaptación de The Shinning), que se trata de una película desabrida, carente de imaginación visual o argumental. Presenta casi paso por paso los recovecos y laberintos de la novela. Miss Giddens, la hija de un pastor protestante, es contratada como institutriz de unos hermanitos huérfanos, residentes de una vieja mansión señorial en la región de Bly. El tío de los niños, un joven y apuesto dandy de quien se enamora su joven empleada, pone como principal cláusula de contratación jamás ser molestado con los asuntos concernientes a sus jóvenes sobrinos. La institutriz debe hacerse cargo de cualquier eventualidad que surja. La primera de ellas es la inexplicable expulsión del pequeño y dulce Miles del colegio donde se encontraba de interno, y la segunda y más turbadora de todas es la presencia extraña y constante de Miss Jessel, la antigua institutriz de los niños, y de Peter Quint, el antiguo valet del amo, ambos personas de muy dudosa reputación y muertos desde hace algunos meses.


Desde ese momento, la película se convierte en un juego de tensiones psicológicas donde el espectador no está seguro de lo que ocurre: si los fantasmas, efectivamente, han llegado desde el más allá para apropiarse de las almas de los inocentes niños, para vivir a través de ellos sus oscuros deseos y corromperlos con vicios inmencionables; o bien, la institutriz, atrapada en su represión sexual típicamente victoriana, cree ver a los fantasmas e instiga a sus pupilos a que acepten que tienen contacto con ellos, cuando a todas luces ello es imposible.


The Innocents logra captar la ambientación gótica y ambigua que reviste el texto de James, y permite al espectador sumergirse en un sinnúmero de conjeturas. ¿Qué impele a la respetable institutriz a urdir una mentira tan evidente (si es que miente)? ¿Por qué razón están dispuestos los niños a mantener una relación tan antinatural y aterradora con engendros que no deberían corromper el aire que respiran los vivos? ¿Qué secreto esconde el pequeño Miles en su expulsión? ¿Por qué está tan empeñado en demostrar que puede ser encantadoramente impropio en su comportamiento? Las respuestas pueden ser muchas. La institutriz refleja su propia frustración sexual en sus discípulos, lo cual revelaría una perversión insospechada en ella. Los niños están efectivamente contaminados por los horribles vicios de los sirvientes muertos. Los niños están dispuestos a convertirse en el vehículo físico a través del cual los abominables fantasmas pueden satisfacer sus deseos. Miles esconde hábitos imposibles de nombrar en su comportamiento hacia sus compañeros de clase. La pequeña Flora se da perfecta cuenta de que su institutriz está obsesionada con ellos, etcétera. De toda esta vorágine de simulaciones, el espectador no saca nada en claro. No sabe si los fantasmas existen, si la joven dama padece una perversión sexual, si los niños mienten. Pero nada de eso importa, o por mejor decir, es la mayor virtud de la película, que cargada de tanto misterio consigue lo que pocas películas de terror: asustar al espectador.


The Innocents no es la única película basada en Otra vuelta de tuerca, aunque quizás sí sea la mejor lograda. En el año 2000 fue filmada Presense of Mind (Aloy), en español conocida como El celo. Aunque El celo parte básicamente de las mismas premisas de la novela, se distancia de ella en algunos puntos aparentemente sin importancia. La institutriz (Sadie Frost), ya no es una puritana victoriana, sino una joven católica que, según es posible presumir por las apariencias, ha sufrido de abuso sexual por parte de su padre. Su contratante (Harvey Keitel), al igual que en la novela, exige ser eximido de toda responsabilidad en lo tocante a sus sobrinos, pero exhibe una excentricidad anómala y turbadora de la que carecen el tío de la novela y de la película anteriormente citada. La pacífica mansión de Bly es transportada a una paradisíaca y retirada isla. La bonachona Mrs. Grosse es sustituida por Mado Remei (Lauren Bacall), una misteriosa e incluso maliciosa ama de llaves. Los niños no son tan angelicales ni inocentes como debieran, y muestran una tensión sexual explícita que ni por asomo es posible encontrar en el libro, o en The Innocents. Se trata de una adaptación que fracasa en la ambientación, que obliga al espectador a una interpretación simplista e insatisfactoria, donde los niños están evidentemente corrompidos por los vicios sexuales de los sirvientes y la institutriz no es más que una pobre lunática desquiciada, marcada por el abuso paterno, atada por la mojigatería católica e incapaz de enfrentar la sexualidad desbordante de la situación.


Todo esto me lleva a valorar ambas películas. Con todo y sus limitaciones técnicas (o quizás debido a ellas), The Innocents es una efectivísima película de terror, donde a base de no dejar nada explícito, crea una atmósfera agobiante, en la que cualquier cosa puede pasar, pero ninguna es esperada. Por el contrario, El celo, en su empeño por volver más accesible el texto de James (que es necesario reconocer como un texto difícil y ambiguo), se convierte en una película predecible, donde ante tanta evidencia se hacen innecesarias las explicaciones. Nada de imaginación, nada de misterios, nada de terror. El agobio psicológico que consiguió despertar la Kerr en su interpretación de la institutriz reprimida es sustituido por la neurosis pseudo esquizofrénica de una Frost traumada por las crueldades de la vida familiar. En definitiva, no hay comparación posible.


El tiempo ha pasado. Mi abuela no sólo me levantó la prohibición sobre las películas de terror, sino que es ella quien ahora se sienta a verlas conmigo. Es un placer que ambas disfrutamos bastante. Nos consideramos expertas calificadas en diferenciar una buena película de una mala. Nos divertimos con los monstruos que las habitan, nos reímos de los efectos especiales mal logrados, nos burlamos de las actuaciones deficientes. Nos asustamos cuando algo debe asustarnos y tenemos pesadillas cuando es menester tenerlas. Hace tiempo que mi abuela reconoce que no sólo Deborah Kerr y gente de su generación hacía buen cine y se ha aficionado a los sustos a lo Shyamalan o a lo Del Toro. Como decía anteriormente, el miedo forja vínculos indestructibles. The Innocents aún es una de nuestras películas favoritas, y algunas de nuestras más entrañables tardes de conversación las hemos dedicado a institutrices impresionables, niños perversos y fantasmas imaginarios.

* Publicado en Sonitus Noctis Núm. 6, Noviembre de 2004. www.sonitusnoctis.com

¡Ahí viene el Charro!


Yo, sin el Charro, ¡no puedo vivir!
por Diana Doménech


El Charro de las calaveras

Alfredo Salazar

México, 1965


Todos sabemos que el cine nacional -especialmente ése que creó género propio, el cine de luchadores- tiene en su haber más joyas inapreciables que el mismo tesoro de Moctezuma.
Nadie se ha escapado de crecer con las aventuras del Santo, del añorado Manotas, del todavía vigente Mil Máscaras, etcétera. Yo tengo un hermano mayor que solía modificar el argumento de las películas para incluirse él mismo junto a estos semidioses y sustituir con esos relatos los tradicionales cuentos para dormir allá, en aquellos lejanos tiempos cuando los setentas apenas nacían.
Hoy les quiero hablar de la más deliciosa alhaja que podría coronar nuestro cine y, sin afán de exagerar, incluso el cine mundial: la nunca demasiado bien ponderada El Charro de las Calaveras.
El Charro… fue filmada en 1965, aunque es notorio que se logró en dos etapas. Como una respuesta a dos de los géneros de moda -el cine de luchadores y el todavía popular cine campirano-, El Charro de las Calaveras logra un sincretismo perfecto, balanceado y purísimo entre ambas vertientes.
Tenemos, entonces, a un vengador anónimo, que oculta su rostro detrás de un paño negro, que inició sus andares por ese cruel mundo del dolor en un afán de cobrar venganza, y como representación de la satisfacción de la misma se mandó bordar tres calaveras sobre su chaqueta: una por cada víctima de su incontenible rabia.
Pero la venganza es sólo el principio, y el buen Charro le sacó gusto a esto de andar combatiendo las fuerzas de lo oscuro, así que se dedica a deambular por esos ranchos de Dios, buscando terminar con cualquier forma que adopte el Mal.Y aquí es donde se nos pone interesante: olvídate de Hugh Jackman, de Anthony Hopkins, de la Liga Extraordinaria, del padre Merrin o incluso del mismísimo Enmascarado de Plata: el Charro es la solución perfecta si por tu barriada anda sembrando el terror un jinete sin cabeza, un hombre lobo, un vampiro o cualquier otro ente que las tinieblas arrojen.
Su presencia es temible, sus combates memorables. Aunque inició su camino de venganza en solitario, se ha hecho acompañar del fiel Cleofas y de un niño -bueno, en realidad son dos, pero mejor ve la película para que comprendas lo que quiero decir-, imagen del célebre Panza y del Lazarillo entrañable.
Su mejor arma es la originalidad con que acaba con sus enemigos. Nunca en la historia del cine veremos repetidas estas hazañas, la verdad sea dicha.La dirección es impecable, decididamente mexicana desde el inicio con la toma a campo abierto y el corrido del Charro de las Calaveras -cantado por el Trío Calavera, faltaba más-, hasta el típico letrero "Fin" con el que tan confortablemente mexicanos nos sentimos.
La película es difícil de encontrar -de hecho, la vi transmitida en el canal 2 local hace unos seis meses-, pero si tienes un genuino deseo de ver un filme que vas a recordar toda la vida, "esa" película que no puedes morir sin haber visto, ¡remueve cielo y tierra, combate a los monstruos del oscurantismo que mantienen lejos de la luz a esa verdadera joya cinematográfica! Te juro que vas a recordar cada una de mis palabras… ¿quién vota por que la nombren Patrimonio de la Humanidad?


El Charro de las Calaveras (El lobo humano/El vampiro siniestro/El jinete sin cabeza). // Director y guionista: Alfredo Salazar. // Fotografía: Jorge Mejía. // Música: Gustavo César Carrión/Trío Calavera. // Con Dagoberto Rodríguez, David Silva y Alicia Caro. // México, 1965.
*Publicado en Sonitus Noctis Núm. 6, Noviembre de 2004. www.sonitusnoctis.com

Pavoroso...

¿Pavoroso fin de semana? No sé. Depende de que terminemos hoy con la corrección de las pruebas del libro. O sea, no es como si tuviéramos elección. TIENE QUE QUEDAR LISTO YA. O sea, a jalar, Hurón, ya no te rasques el ombligo.

Pero bueno, para que se lo sepan, no me he estado rascando el ombligo, ¿eh? Y para variar, me he divertido mucho. Caro Olguín me pasó los caracteres de corrección y es bien entretenido estar garabateando el papel. Muuuuy chido.

¡Eh, raza! ¿Quieren caer por casa y tragar pavoroso pavo? Tenemos dos. Y no ocupamos tanto. ¿Cómo ven? Nomás digan cuando le caen para preparar el pajarraco con tiempo. Ya ven que se da el lujo de tardar en cocerse el infeliz.

Chido. Pásenla bonito.

miércoles, diciembre 13, 2006

Las aventuras de una Hurona


Rápido una lista de las fregaderas más recientes de mi retoño:



  • Ya baila como enajenada. No nada más se zangolotea: brinca, mueve las manitas hacia arriba y abajo, mueve el torso a los lados y le está dando por insinuar pasitos. Se ve muy chistosa.


  • Ya camina si la pescas de las manitas. No se cansa, no le duda para dar el paso y va rápido, rápido.


  • ¡Ya sabe distinguir el final de una rola! ¡¡Y si le gusta, aplaude al final!! Al menos eso hizo con un segmento de Fantasía 2000 que le pusimos el lunes. Pero tengo mis dudas. A lo mejor aplaudió porque se acabó el segmento. Cosa más sorprendente...


  • No pela ni por accidente a Mickey Mouse. Chido.


  • Ya dijo su primera palabra. No fue mamá o papá (después de que dijo su fregadera, el sr. Oportuno se quejó y la güerca se arrancó grite y grite: "¡papapapapapapapapa! ¡mamamamamamamamama!", pero el mal ya estaba hecho): su primera palabra fue "Jali". Es decir, "Harry", el nombre del gato de la Compañía de Luz y Fuerza. Al menos sé que le gustan los michos.


  • Y se ha vuelto más berrinchuda que la rechingada. Voluntariosa, corajuda, suelta moquetes cuando algo no le cae en gracia. No me parece que eso sea un defecto en su comportamiento. Me garantiza que no permitirá que ningún cabrón hijo de puta le ponga la mano encima.


  • Y ya encontró la manera más sencilla de sacar sus aros del poste donde se les inserta. Como le da güeva sacarlosd e uno en uno, simplemente le da la vuelta al poste para que se salgan. Lista la infeliz.

Y creo que eso es todo por el momento.


Besos y pasen bonito día.

martes, diciembre 12, 2006

La burra, el trigo, el Óscar y el premio

La burra: mi hermana menor, que acaba de regresar con el mierda pinche piltrafa hijo de puta redengada (¿o derrengada?) de su marido.

El trigo: el mierda pinche piltrafa hijo de puta redengada del marido de la pendeja de mi hermana menor. Sí, sí.

El Óscar: en reparación. Le van a poner nalgas nuevas, para que se deschongue el güey.

El premio: ese me lo saqué yo en la rifa de la posada de la Ponchina. DVD Daewoo. Muy mono. Y hasta donde sé, no tiene nada de mierda. Eso lo convierte en el evento estelar de hoy.

Pasen bonito día. Cuando gusten cáiganle por mi casa a ver películas :)

domingo, diciembre 10, 2006

¡Santas pasmareadas, Batman!



¡Que el Gran Arquitecto del Universo nos ampare! ¡Shyamalan tenía razón! ¡No existen las coincidencias! ¡¡¡Todos los putos eventos del Universo están encadenados!!!

Bueno, al menos en mi mundo que no existe (ahora el sr. Oportuno también afirma que vivo en un mundo que no existe, puesto que espero de él que haga cosas que sólo yo puedo hacer, como desayunar y manejar al trabajo al mismo tiempo...)

El viernes, un día que me resultó al final fastidioso de tan húmedo y frío, fuimos a Gandhi. Yo traía la espinita de conseguir un manual de corrección de pruebas, que por supuesto, ja, no encontré. Lo que sí encontré fue un librito de conferencias acerca de la traducción de Paul Ricoeur, uno de los pocos teóricos que tragué en la carrera. Los otros dos fueron Jakobson (¿o fue Tinianov? Y si fue Tinianov, ¿qué tenían en común él y Jakobson, además de los nombres rusescos?) y Todorov. Equis. Lo compré porque mi curso de traducción estuvo bonito pero pinche, como todas las cosas curriculares.

La joya de la corona en Gandhi fue un libro llamado Batman, the Complete History. Ya saben, hace dos años compré un libro muy mono llamado Batman Collected, que hizo las delicias del G y de cuanto güey (me incluyo) lo (h)ojeó. Este nuevo libro que compré es también una monada. Se trata de una, ah... ¿investigación? sobre los orígenes y el desarrollo del personaje. Muy bonito. Muy de pasmarote. Láminas, fotos, viñetas, secuencias completas de los cómics. En fin, yo contenta.

Saliendo de Gandhi nos fuimos al Mix Up de Morelos. Quería mirujear. Salimos de ahí con dos cosas: Sin City, Recut y El hombre y la bestia. ¿Qué putas es eso de El hombre y la bestia, se preguntarán ustedes? Les doy pistas. Ingrid Bergman, Lana Turner y... Spencer Tracy. Mi adorada versión infantil de Dr. Jekill y Mr. Hyde de la que les habé hace unas semanas. Acompañada de otra versión de los años 30. Muy chido. Llegué a casa de mis abuelos y se la enseñé a doña Luz. El par de pasmarotas engentadísimas. "La que veías en la secundaria, en canal doce", me dice. Pues sí. Primaria y secundaria. Las tardes de película no llegaron a prepa.

El sábado por la tarde nos vamos de compras, con todo y el pinche frío que hace. Dejamos a la beba con la Compañía de Luz y Fuerza, no la queremos enfriar. Vamos a Pablo A. de la Garza a conseguir las jodidas llantas que le faltan a Óscar. El Hurón, literalmente jugando con su juguete nuevo. Llega a una página donde explican el origen de Joker. Lon Chaney en The Phanton of the Opera. Me parece absolutamente chido. Doy la vuelta a unas páginas más y me encuentro con el origen de Two Faces: una película de 1941, protagonizada por SPENCER TRACY, Dr. Jekill and Mr. Hyde.

Dios es grande. Yo soy pequeña. De los seis años a los treinta. Me he hecho pasmarota toda mi vida para llegar a esto. Me he rodeado de mis películas favoritas, de mis monstruos más queridos, de mis libros más entrañables para terminar en una telaraña en la que todos tienen que ver con todos.

Por supuesto, soy absolutamente feliz.

viernes, diciembre 08, 2006

Bucky

La D, ésta es la liga para Get Fuzzy:

http://www.comics.com/comics/getfuzzy/

Oye, ¿me das permiso de subir tu reseña del Charro de las calaveras? Está muy chida y nadie me cree que esa película existe. Dí que sí. Plis, plis, plis.

Güeno, voyme a Gandhi. Flaco, ¿estarás en tu jause más tarde? ¿O te vas temprano al Gargas?

¡Silla!

La vida es una tómbola. Sí, sí.

¡Jajajajajajajaja! ¡No mames! Me acuerdo de cuando leí esta cosa, Hyperion, y me pareció buena. Bueno, aún me parece decente, pero ya no buena. Y las secuelas no tienen perdón de Dios. Así que, si llegan a leer Hyperion, que sea por accidente, no digan que yo se las recomendé. O mejor, guarden la esperanza de que al pedirlo al librero, les pase el poemario de Hölderlin o el de Keats. A mí me da curiosidad el de Keats, y debo confesar que por la novelita... Bueno, pero El juego de Ender (la leí por la misma época) sí está muy chida. Nada más húyanle también a las secuelas. Como a la peste. He dicho.

Pásenla chido. Pienso irme a pasear por ahí, brevemente, claro, porque hay que ir por la Nena. Pero una escapadita a ver revistas aunque sea no nos caerá mal. Se cuidan y den razón suya si pueden. Ciao.

¡Ay, Titanes, Titanes...!


Los cantos de Hyperion
por Yasmin Santiago

Hyperion

Dan Simmons

Ediciones B

España, 2004

Hyperion es uno de los mundos más alejados de la Red de la Hegemonía del Hombre. Es un planeta laberíntico, aunque nadie sabe quiénes, ni con qué tecnología ni propósito realizaron los laberintos en el subsuelo. En Hyperion están las Tumbas del Tiempo, que son estructuras lanzadas hacia el pasado desde el futuro remoto. Y en las Tumbas del Tiempo habita el Alcaudón, el Señor del Dolor, criatura a quienes los creyentes de la Iglesia de la Expiación Final identifican con el ángel de la muerte, que viene a aniquilar a una humanidad que ha vivido demasiado tiempo desde la destrucción de su natal planeta Tierra.


Al borde de una conflagración potencialmente catastrófica entre la Hegemonía, los éxters y el Tecno Núcleo, siete peregrinos son enviados a Hyperion. La Iglesia de la Expiación Final los ha elegido. Son siete personas que ni en sus vidas privadas ni en sus ocupaciones públicas tienen relación entre sí. Pero cada uno de ellos posee una parte del conocimiento que puede ayudar a esclarecer el enigma de Hyperion y el Alcaudón.


Cada peregrino tiene una cuenta pendiente en Hyperion. Lenar Hoyt, el sacerdote católico, no puede alejarse del planeta: lleva encastrados dos parásitos cruciformes que le provocan un mortal dolor en cuanto se aleja. Fedmahn Kassad, coronel de la Hegemonía, va en busca de Moneta, de quien está enamorado, un monstruo con apariencia de mujer originario de Hyperion. Martin Silenus, el poeta de la antigua Tierra, necesita concluir la escritura de Los Cantos de Hyperion, que son una revelación del futuro. Sol Weintraub, el profesor judío, busca una cura para la enfermedad de su hija, una arqueóloga que en Hyperion fue afectada por una marea temporal que la hace rejuvenecer en lugar de envejecer. Brawne Lamia, la detective, está embarazada del cíbrido del poeta John Keats, quien fue asesinado por el Tecno Núcleo para evitar que fuera alguna vez a Hyperion. Het Masteen, el templario, se hace pasar por muerto, así que no se sabe el motivo de su visita a Hyperion. El Cónsul sólo busca venganza contra la Hegemonía y los éxters, y las Tumbas del Tiempo, en Hyperion, son su arma para conseguirla.


Hyperion es el nombre de un titán y de una luna de Saturno. También es el nombre de la obra que John Keats, el poeta romántico inglés, dejó inconclusa a su muerte. El nombre del planeta no es la única referencia al poeta: Keats es el nombre de la ciudad capital, Endimión el de la segunda en importancia. Incluso el nombre de la detective es un homenaje a Keats: Brawne por Fanny Brawne, su novia frustrada, y Lamia por uno de sus poemas más famosos. El mismo Martin Silenus, con su concepción de la poesía pura, parece evocar al poeta. Hyperion es la primera de una serie de novelas escritas por Dan Simmons. Los viajes en el tiempo, el conflicto entre las Inteligencias Artificiales del Tecno Núcleo, una conspiración del Vaticano para regir a la humanidad, son algunos de los asuntos que se derivan de esta novela.

Aunque el misterio predominante continúa siendo el Alcaudón. ¿Se trata de un castigo contra la humanidad? El Cónsul cree que la humanidad está anquilosada, que al propagarse por el universo, obligó a las circunstancias a adaptarse a ella, en lugar de ser la humanidad la que se adaptara a los nuevos mundos. De esta manera, no ha hecho más que copiar los modos de vida ya existentes en la Vieja Tierra. Los éxters, en cambio, al abandonar la Tierra, se permitieron explorar nuevas posibilidades de vida, de manera que se transformaron en una cultura completamente nueva. ¿Merece la humanidad un castigo por vivir tiempo extra o por haberse resistido a evolucionar en algo distinto? Hyperion recibió los premios Hugo y Locus del año 1990.

*Publicado en Sonitus Noctis Núm. 5, Septiembre de 2004 www.sonitusnoctis.com

Pruebas

Hoy, Ibsen. Ya casi lo termino. Pero igual tengo que checar a Dickens en fin de semana. Me gusta, me gusta.

Chido. Es viernes, hace un frío de la rechingada, tengo ganas de ir al cine y estoy hasta la madre de jale. Hasta me siento en mis tiempos de estudiante. Sólo que sin clases y sin masa amorfa. Ja.

Ahi se cuidan, raza. Al rato les receto algo de Sonitus. No se enfríen más de lo necesario.

jueves, diciembre 07, 2006

Hurón, Hurón


Hola, raza. Nada nuevo qué decir. Traigo unos inicios de sinusitis que dan miedo y dolor de cabeza. Hoy revisando pruebas de Baudelaire y Poe. Mañana, quién sabe.


El post de hoy es para dedicárselo al responsable de que me engentara con Get Fuzzy. No, no fue el Sr. Sagaz (aunque tuvo mucho que ver en el proceso), ni Bucky B. Katt, el adorable-odioso gato protagonista. Fue Fungo, el hurón nefasto del duelo de pays. Retó a Bucky a duelo luego de que el gatucho nefas tumbó a la mamá de Fungo por un ducto de ropa sucia. Bucky acudió al encuentro con un pay de limón y merengue, y Fungo... ¡con un pay de herramientas! Es la neta, el infeliz.


Tenemos tanto que aprender de él...


Pásenla chido. Llueve a cántaros y hace frío. Beban cosas calientitas.

miércoles, diciembre 06, 2006

Remedio para fastidiados

No tengo una receta infalible para curar el fastidio.


Cuando era niña asmática y me "fastidiaba" literalmente algún ataque, juntaba los dos sillones individuales de la sala, me hacía una camita, me llevaba todas mis muñecas y mis chunches favoritos para jugar y hacerme pendeja, hasta que mi abuela me descubría y se daba cuenta de que teníamos que ir al hospital.


En el hospital no funcionaban las muñecas. Doña Luz tenía que buscarme revistas, libros, cómics o cualquier cosa con letras. Hasta la tarea funcionaba. Cuando no había nada que leer, los residentes me prestaban el libro teórico que traían para repasar en su turno. Así me chuté un tratado de dermatología. Así supe que un destripado o un cadáver pútrido no es lo peor que puedes ver en la vida. Guiu.


En la adolescencia, las emperador de chocolate y la caricatura favorita en turno. Por un tiempo Los caballeros del zodiaco. Tardé un rato en darme cuenta de que no valían madre, pero el rato que me gustaron los disfruté mucho.


En la facultad, los libros para las materias de literatura. No hubo uno solo que no disfrutara de alguna manera. Ya luego me especialicé: medievales, de caballerías, folletinescos, policiacos, ciencia ficción y horror. Por ese orden. Los clásicos quedaron en mi adolescencia. Al sr. Sagaz le daba risa que hubiera empezado en mi infancia y mi adolescencia con los clásicos y hubiera terminado en lo que muchos consideraban literatura menor. Así pasa.


Y ahora. Batman. Hellboy. Constantine. Sin City. V. The League of Extraordinary Gentlemen. No me siento culpable. Merecía llegar a este remanso.


Pero más me merezco el remanso que les receto arriba: la Hurona, dormida, berreando, jodiendo, botada de risa, como sea. Ella es mi remedio para el fastidio. Y también mi fastidio número uno.


Lo demás: Esquilo, Bradbury, Faulkner, el rey Arturo, Spencer, Yul, las Eddas, Humphrey, Ende, la Overtura 1812, Athos y Artagnan, no son remedio para el fastidio. Son quienes me tienen de pie y hecha lo que soy. Es bueno recordarlos en día tan fastidioso como hoy.


Pásenla chido y cuídense de los taxistas mierda. ¡Atiza, pero que digo! ¿Es que hay otro tipo de taxistas?


No me hagan caso. Ando bitchy.

People ain't no good


Bueno, Nicolás Cuevas tiene razón. La gente no vale madre.
Un taxista de mierda nos chocó en la mañana y el sr. Oportuno no pudo llegar a tiempo a la Magna. Tampoco yo, para rematar. No heridos, no daños de consideración (es un decir, el cabuz le quedó estroeado a Óscar, y no por las actividades que hubieran chiflado a su homónimo favorito, el Wilde), no taxistas muertos, aunque ganas tuve. Sólo Hurón enfurruñado, muy enfurruñado, con dolor de cabeza, panza revuelta y bilis a morir.
Aún así, me comí una tostada tipo Siberia. Giorgos me la mandó pedir. Gracias :)
Y pienso seguirle con el desquite. Quiero una trufa de El Globo. ¿No las han probado? Son la neta. Nada caras y nada empalagosas. Y saben ricas con café.
Ahi los dejo con el Irrompible y con el Sr. Vidrio. Supongo que no es un dibujo muy bueno, pero igual aguanta.
Pásenla chido.

martes, diciembre 05, 2006

El M'hijo




EL M'hijo cumplió años el día de ayer. Tengo entendido que veinticuatro (y lo digo sólo porque me pareció que él mismo mencionaba la cifra, que conste).
Muy feliz cumpleaños, Hectorcillo. Me la he pasado de poca contigo en estos años albureros, desde aquel momento memorable en que fui tu dizqie maestra de historia hasta hoy que te veo darle madrazos más o menos afortunados a la vida. No te apures, nadie que yo conozca le ha dado en la madre como se debe, empezando por mí :)
Espero que el día de ayer te la hayas pasado muy chido, que te hayan llovido las felicitaciones y los mimos y que siempre te vaya de poca. Por acá te deseamos lo mejor.
Como no tengo disponible ninguna foto tuya reciente y deseo regalarte algo que te llegue, aquí te receto esta foto de la Hurona en pose de lucha libre. Supongo que tendrán tema de conversación tarde o temprano :)
Silla!

¡Hurra!


¡Se restableció el menú! Chingón, chingón. Ahora, con su permiso, procedo a subirles fotos que no vienen al caso nomás para celebrar mi vuelta al mundo del mínimo esfuerzo :)
En primer lugar, este grabado de Alex Ross (que no es santo de mi devoción pero goza de mi respeto por su trabajo) de Unbreakable.
A ver qué más se me ocurre recetarles.
Chido.

lunes, diciembre 04, 2006

Queja

Quiero expresar en este espacio cibernético en donde deposito todas y cada una de mis más macuarras ocurrencias mi queja por el cambio de formato del blogger. ¡Ya no hay menú para subir fotos, cambiar tipo de letra y demás herramientas "for dummies" de las que tan desesperadamente dependo!

Así que solicito a la raza huronera que disponga de los medios, conocimientos y tiempo libre suficiente (o sea que ya me chingué) que me asesore para entrarle a esta fregadera como dios manda, sin menús ni facilidades de mierda que luego te pudren el cerebro y no te permiten picar botones con confianza y sin miedo de cagarla.

He dicho.

domingo, diciembre 03, 2006

De esto y de aquello

Si tuviera más güeva de la que traigo, diría que no ha pasado nada del jueves para acá. Pero no es cierto. Sí han pasado cosas, claro que equisonas y chafientas. Pero igual les paso el chisme.

El Sr. oportuno y yo andamos bien achacosos, entre gripientos y asmáticos. El Sr. Oportuno especialmente anda como que desesperado. Yo lo veo espantarse por los mini-espasmos bronquiales que le dan y me le quedo viendo, como verdadera veterana, con cara de: "no mames, güey, no aguantas nada". Ya luego me acuerdo de que yo también me ponía así de neuras, al principio de mi peregrinar con el asma, allá cuando tenía diez u once años.

Además de eso, vimos la súper protesta presidencial de Calderón, con todo y secuencias dignas de "Misión imposible" a la Tom Cursi y discursete motivador. El Pachuco y yo estábamos muy indiferentes al respecto, cuando de repente dice: "Hurón, ya se largó a la chingada Martita". Y nos pusimos muy contentos y decidimos que no puede ser tan malo un fulano que nos quita de encima a la pinche vieja desangelada esa.

Bueno, pero eso fue ayer. Ayer se fue a la chingada Martita y hoy se fue (espero que para siempre)al mismo destino el marido de mierda de mi hermana. No les voy a pasar todo el cuento porque la verdad qué chafa hacerles eso. Pero el caso es que mi hermanilla se decidió y lo ha mandado al carajo. En estos días va al juzgado de lo familiar a ponerle su demandota de divorcio. Chido, chido.

Hoy nos fuimos a la carretera. Un paseo sencillo y rápido. A los Cavazos. Ya casi cayendo la noche. Estaba frío y rico, y mi Nena estaba muy emocionada. Se la pasó mire y mire cosas, hasta que se ansó y se durmió en brazos del Pachuco. Me compré un jorongo de lana muy bonito y muy barato. Además compramos pan de elote. Si vienen al rato puede que alcancen un trocito. Descubrimos que manejar en carretera no es tan espantoso como creíamos. Si agarras tu carril y vas tranquilo, es más seguro que ir por Constitución. Muy chidote.

Ah, y si tienen un Matiz o un Atos, no vayan a Villantas a conseguirle, of course, llantas. No manejan las de esa rodada y los van a mandar a buscarlas a Pablo A. de la Garza. Sí, allí donde puede que encuentren en cachitos aquel coche que le robaron a sus papás hace un par de meses. Ya lo saben.

Y como la D tiene gripe, mañana (bueno, al rato) no vamos a lo de Demian. No es mala onda. Es un pecado levantarse antes de las diez en domingo. Y además, hace frío y está llovisnoso. No es negocio.

Además de eso, la he pasado muy chido. Hemos tirado güeva al por mayor y disfrutado mucho a la Nena. Y hasta vimos familia y amistades de antaño (vino a dar por aquí Elsa, mi amiga de la prepa, esa que les cae a todos mal, en buen plan y con una niña muy mona de cinco años). Ahora sólo falta verlos o saber de ustedes paraque el fin (de semana) sa perfecto. Eso y terminar de ver la temporada uno del Conde Pátula que, como seguramente han adivinado, me he agenciado ayer.

Pues ya lo saben. Si le caen, pan de elote y Conde Pátula.

Ah, y Naomi Campbell. Una caja de ellas, ja.

Pásenla chido.

martes, noviembre 28, 2006

Una del Bucky



Nada nuevo qué decir. Jale, jale, jale. Ayer no pudimos ver al Flaco. Sabemos que debe haber festejado su cumpleaños de una manera o de otra.


La Hurona no nos dejó dormir. Se durmió poco después de media noche y luego despertó hecha una magdalena de berridos y lagrimones a las dos y media de la madrugada. La volví a dormir, la puse dulcemente en su cuna (casi parezco pinche madre abnegada de telenovela) y que se despierta otra vez la ... güerca jija. Ya no la levantamos de la cuna. Se quedó berreando como diez minutos, se cansó, medio quiso volver a llorar, se convenció de que no la íbamos a pelar y se jeteó. Así, hecha bola, sin pantalones y con una tirria tremenda por el cobertor. Cada vez que me le acercaba para taparla nomás gruñía, como verdadero bicho maleducado.


Tengo mucho jale. eso es chido. Lo pata es que todo es para el viernes. ¡Y el viernes es asueto! Me tienen elaborando unos objetivos particulares (que me están quedando de lo más ojetes) para el libro de literatura de prepa. Además, me hicieron más encargos de dedicatorias :) Me encanta ese jale. Es súper entretenido y a veces se te van las horas tratando de descifrar un tracito que parece u y al final, quién sabe como, es una t.


Chido. Ya fue mucho rollo. Ahi los dejo con la tira de ayer de Get Fuzzy. En honor al Flaco que, al igual que nosotros, no deja de cumplir años.


Pásenla bien.

lunes, noviembre 27, 2006

Feliz cumpleaños, Flaco del mal


Estimado Flaco, la comunidad Hurónica, anexos y asociados (es decir, el Taco, el Pachuco y cuanta lacra para por este lar de perdición) te deseamos un feliz cumpleaños.


Es una lástima que no haya sido posible celebrarlo ayer en forma (ni falta que hizo, igual cumples hoy). Esperemos que el próximo fin (de semana) haya más tiempo, más lana y menos gripe.


Pásala chido, Flaquito. Te celebramos en donde estés y en donde estemos. Muchos, muchos besos y rasco, rasco, rasco.

sábado, noviembre 25, 2006

Sabadín tranquilín


¡Sábado muy chido! Nos levantamos tarde, estamos a punto de comer y son casi las 6 de la tarde, y la hurona ha estado adorablemente juguetona y chistosa. Raza, esto es vida.


Cosas que aspiro que le gusten a la Hurona: su familia (siempre es difícil conseguir eso, ustedes lo saben), los libros (para leer, espero), las películas (pero no de Disney, plis), las caricaturas (especialmente los Padrinos Mágicos) y los cómics. No necesita ser una pasmarota de todo esto, pero me gustaría que conociera todo esto y le encontrara el gusto.


Cosas que aspiramos legarle: nefastez al por mayor, un sensor para detectar imbéciles (eso nos ahorraría andar detrás de ella para ver a quién le concede sus atenciones, digo), sentido del humor chingaquedito, una dotación inmensa de chistes sosos y de mal gusto, amor y lealtad absoluta por Pasmaria (su patria y la nuestra) y la confianza de que sus apás y la gente que la rodea la adora rabiosamente.
En este momento precisamente la adoro. Está dormida y me va a dejar comer rico :)
Ahi los dejo con una foto familiar bastante bonita y que debemos a la amabilidad de Cocuna. ¡Gracias, comadrina! Sos una artista, me cae.
Besos y pasadla bien.

viernes, noviembre 24, 2006

Tarde de visita familiar


Pues sí, mi querida hermana Caro chocó ayer. Bueno, la chocaron y el perro del mal que la chocó puso pies en polvorosa. Caro está saliendo en las tardes a dar la vuelta por los alrededores de su casa, a ver si da con él. Si es así, compadezco al pobre pendejo :)


Con ese motivo, hoy vamos a hacerle a mi mamá la visita que le corresponde aproximadamente cada bimestre. Creo que esta vez se la adelantamos, pero no importa, ¿o sí? No tengo muchos ánimos de ver familia, porque me duele la garganta y me empieza a pesar el cuerpo (no sé si de cansancio o de algún virus). Lo chido es que voy a poder ver a Grecia. Hace como tres semanas que no la veo, y como ustedes bien saben, un bebé cambia cabronamente rápido.


El próximo lunes (creo) cumple años el Sr. Sagaz (aka: el Flaco, la Campamocha, el Elfo) y la semana pasada nos dijo que no pensaba hacer nada. No seas rosca, cabrón. Mínimo una chela en la Nacional, o ya de perdido en tu casa. A menos que te quieras pegar a nuestra excursión a la carretera, que pensamos hacer este fin de semana. No va a haber chelas, pero mínimo nos orillamos en la carretera para que comas pastura o algo así de pintoresco :)


¡Mi Nena es para mí el fin de semana! Si todo sale tranquilo, va a estar el fin de semana enterito con nosotros. Chido, chido.


Y ya casi termino con Constantine.


Supongo que no le sorprenderá a nadie saber que mis compañeros de la Ponchina presuntamente no me toman en serio por mis pasmareadas. Así está el abarrote. De ser fan de La ciencia del sueño a ser fan de Hellboy, "the red right hand" sale ganando. Además, de alguna manera me parece que todos nosotros también nos limamos los cuernos para encajar.


En fin, pásenla chido.


Y para quienes habían pedido las Eddas, servidos, marchantes :)


Los dejo con una foto de una nueva adaptación cinematográfica de un cómic de Miller que me encontré por ahí. Se llama 300. Si saben de qué se trata, me dicen. Ciao.

Hablando de pasmareadas



El hidromiel de Odín
por Yasmín Santiago


Cuando tenía cuatro años, mis abuelos me llevaron a visitar a doña Mathilde, mi bisabuela. Doña Mathilde era una matrona de las de antes, grande, entronada en su mecedora de madera labrada, con los labios muy apretados y la mirada terrible detrás de los anteojos. Aquella tarde, los hijos del hermano menor de mi abuelo -que eran un niño y una niña unos pocos años mayores que yo- también estaban de visita. Los tres estábamos viendo televisión en compañía de doña Mathilde. El niño se levantó y dijo: "Abuelita, ¿puedo ir a jugar con el perro?" A lo que ella respondió con un breve "si". Acto seguido, me levanto y le pregunto: "Abuelita, ¿puedo ir a jugar al porche?" A lo que ella respondió con un hilo de voz. "Yo no soy tu abuela". Ante una respuesta tan elocuente sólo pude contestar con un tímido "Sí señora" para luego salirme a jugar al porche, sin saber si tenía o no permiso para ello. Un rato después, mi jovencísima tía segunda -de unos nueve años- salió y me preguntó: "¿Te dieron permiso de jugar aquí?" "No sé" respondí. "La señora, la madre de mi abuelo, no me dijo que no podía jugar".

Entonces no lo sabía, pero acababa de tener el primer contacto de mi vida con una de las herramientas poéticas más instintivas: la perífrasis, la kenning en la literatura nórdica. La mayor colección de estas kenningar la encontramos en las Eddas mayor y menor, los compendios más importantes de literatura islandesa medieval. Curiosamente, la palabra edda significa bisabuela. Supongo que es un apelativo que tampoco habría satisfecho a doña Mathilde, quien me provocaba el mismo pavor que una valkiria a un guerrero en lid.Sin embargo, aquello de Señora mamá de mi abuelo siempre dio resultado.

Borges definió las kenningar como "una de las más frías aberraciones que las historias literarias registran", con lo cual no pretende denigrarlas ni restarles valor artístico, sino clasificarlas como un recurso literario limitado y condenado a la muerte conceptual -Borges dice ¿cuántas imágenes es posible crear sobre el mismo ser u objeto sin repetir la idea de fondo?- el número es limitado, la lógica hace que las kenningar cierren su círculo pronto, de manera que ni el más avezado poeta es capaz de crear una kenning nueva sin repetir una idea dicha anteriormente por otro poeta o por él mismo.Las kenningar son perífrasis convenidas, un código lingüístico especialmente creado por los poetas islandeses de la edad media para nombrar dioses, gigantes, héroes, monstruos, enanos, elfos, reyes, magos, objetos y lugares.
Las kenningar son frases que expresan en contenido lo mismo que una palabra. De ahí que el poeta, para referirse a la poesía, la nombre "la sangre Kvasir", "el navío de los enanos" o "el hidromiel de Odín". El nombre de Odín es sustituido por "el Padre de Todo", "Dios de Caídos" o "Señor de los Cuervos". Los cuervos son llamados "los cisnes del Dios de la Carga", "cisnes de guerra" o "gaviotas de las heridas". De esta misma manera se procede con muchos otros sustantivos. La pericia del poeta era probada en su empleo de las kenningar. El buen poeta sabía citar las kenningar ya existentes, pero también era capaz de crear nuevas. El mal poeta sólo las copiaba.

Conviene distinguir entre la poesía escáldica y la éddica. Los escaldas, en su afán por exaltar los hechos heroicos de los reyes a quienes servían, agotaron el recurso de las kenningar y convirtieron al poema en un criptograma indescifrable. Esta poesía sólo sirve para alimentar los ocios de especialistas y entusiastas en la materia como Borges, autor de un breve catálogo de las kenningar (ver Historia de la eternidad). En contraste, la poesía éddica, la de las Eddas Mayor y Menor, conserva las kenningar originarias, de las cuales se vale para consignar los mitos y costumbres del pueblo vikingo.

La Edda Menor o en prosa, compuesta alrededor del año 1220 por el poeta y político Snorri Stúrluson reúne, a la par con una gran variedad de mitos y leyendas populares, un riguroso catálogo de las kenningar, así como consejos para su uso y adecuada elaboración. Los mitos recogidos en esta obra didáctica servían al poeta para contextualizar su arte.

La Edda Mayor o en verso cuenta una gran diversidad de asuntos: los orígenes del Universo, la creación de la primera pareja humana, las correrías de Odín y su prole, el florecimiento y muerte de Yggdrásil, el árbol cósmico, la destrucción del mundo, las gestas de Sigfrido y los Nibelungos. La Edda Mayor da noticia de personajes ampliamente conocidos -y desvirtuados- a través del cine, la literatura, la música, los comics, los dibujos animados e incluso los videojuegos. Quienes hoy rondan los veintitantos años deben recordar la transmisión en señal abierta de la segunda saga de Los Caballeros del Zodiaco, el famoso anime japonés. ¿Quién no recuerda con singular nostalgia que dicha saga de desarrolla en Ásgard, el hogar de los dioses vikingos, que la princesa Hilda (¡una valkiria!) se encontraba poseída por el "maléfico" anillo de los Nibelungos, que cada guerrero de Ásgard estaba investido por el poder de un dios nórdico? ¿Quién, leyendo las Eddas, no ha notado que el Aurín de La historia interminable está inspirado en la serpiente que rodea el Mídgard, que es el nombre islandés con que se designa a la Tierra Media, hogar de gigantes, enanos, elfos y otros muchos pintorescos y taquilleros personajes?

No sólo las curiosidades mitológicas y lingüísticas tienen cabida en las Eddas. Éstas funcionan incluso como documento antropológico. "Los dichos de Har", el segundo de los cantos de la Edda Mayor, testimonia los usos y costumbres sociales de los vikingos. Se explica por ejemplo que un huésped debe esperar de pie a la entrada de la casa hasta que el anfitrión lo invite a tomar parte en los festines, y dependiendo del lugar que se le asigne en la mesa, es el grado de estimación que merece. Hay otros rasgos culturales que sin ser explícitos se infieren. "La visión de la adivina", el primer canto de la Edda Mayor, refiere brevemente la creación de la primera pareja humana, Ask (fresno) y Embla (olmo), surgidos de dos troncos caídos. Es válido pensar que un pueblo como el nórdico, cuya economía giraba en torno a la madera que le servía para calentarse y fabricar embarcaciones, no hiciera surgir a los padres de la raza humana del barro, como muchas culturas agrícolas.

La naturaleza de las kenningar, que denotan los atributos de los seres y los objetos, las vuelven ideales para referir las gestas guerreras. De ahí que la poesía éddica parezca áspera para quienes estamos acostumbrados a las amables lírica y épica de la Europa meridional. El de las Eddas es el lenguaje grandilocuente del Homero de la Ilíada y de la primitiva tragedia griega que muere con Esquilo. Es un lenguaje que de alguna manera trasluce el diario esfuerzo del hombre por sobrevivir a las rudezas del entorno físico. Con la llegada de las comodidades de la civilización, la poesía escandinava se convierte en un juego de entretenimiento cortesano. Nos queda el monumento, las Eddas, el hidromiel de Odín, para beberlo eternamente en el Valhalla con los einheriar, los muertos en combate.

(Nota bibliográfica. Alianza Editorial publica la poesía éddica bajo los siguientes títulos: Edda Mayor: poesía nórdica siglos IX-XIII, y Edda Menor, de Snorri Stúrluson. Ambas están traducidas y anotadas por Luis Lerate).
*Publicado en Sonitus Noctis Núm. 5, Septiembre de 2004 www.sonitusnoctis.com

Uno de Arturo


Una sucesión de eventos desafortunados
por Yasmín Santiago

La muerte del rey Arturo
Biblioteca artúrica,
Alianza Editorial
España, 2001

Arturo tiene un sueño. En éste, la Fortuna lo monta en su rueda y le permite contemplar todo lo que él ha sido, todo lo que ha tenido. Luego lo hace caer para mostrarle que todo hombre, sin importar su orgullo y poderío, está destinado a la ruina. El tema de "La muerte del rey Arturo" es la ruina: la de Arturo, la de los caballeros de la Mesa Redonda y la del reino mismo de Logres. El rey y sus caballeros descubren el amor adúltero de Ginebra y Lanzarote, el mejor caballero del mundo, el más amado de Arturo y el más envidiado. Ginebra es condenada a muerte y es rescatada por Lanzarote y su parentela. Una guerra a muerte se desatará entre Arturo y los caballeros de la estirpe del rey Ban. Lanzarote será desterrado y la guerra lo perseguirá a su propio país. Pero estas calamidades son apenas el principio de las desdichas que sufrirá Arturo. Todas ellas desembocarán en la batalla de Salisbury y el enfrentamiento entre Arturo y Mordret predicho por Merlín. El reinado idílico de Logres, la era dorada de la caballería, llegará así a su final.



A diferencia de "La búsqueda del Santo Grial", libro predecesor de "La muerte del rey Arturo" y en el cual se muestra a la Mesa redonda en toda su heroica plenitud, el quinto libro de la Vulgata artúrica es desolador. Galaz y Perceval están muertos, los caballeros de la Mesa Redonda divididos, Arturo y Lanzarote enfrentados. Después de la traición de Lanzarote a su señor ya nada bueno puede suceder. Pues si la traición ha anidado en el hombre más virtuoso, ¿dónde será posible encontrar en adelante la lealtad?



"¡Ay! Fortuna, cosa contraria y opuesta, lo más desleal que hay en el mundo, ¿por qué me fuiste tan favorable y amiga si me lo venderías tan caro al final?" se lamenta Arturo, en un arranque goliárdico, ante las desgracias que se avecinan. Es la última muestra de rebeldía del rey más poderoso del mundo ante la pérdida de su esperanza, ante la destrucción de sus ideales. Después sucumbirá resignado a su destino y sólo dejará tras de sí el recuerdo de la gloria de la caballería y del apogeo del ideal cristiano.



"La muerte del rey Arturo" es el último de los cinco libros que integran la Vulgata artúrica. La preceden "La historia del Grial", "Merlín", "Lanzarote del Lago" y "La búsqueda del Santo Grial". Aunque obra tardía (fue escrita hacia 1230, presumiblemente por monjes), la Vulgata es considerada como la fuente más completa y fidedigna de las gestas artúricas. "La muerte del rey Arturo" pretende ser el final de las aventuras del legendario rey y su compañía, lo cual no es enteramente cierto. Aunque la Mesa Redonda es aniquilada, su simiente da lugar a una multitud de caballeros andantes en busca de entuertos que enderezar: Amadises, Tirantes, Zifares, Calamores y Roldanes, que sólo habrán de terminar su recorrido por el ancho mundo en las aventuras de cierto hidalgo manchego y su Rocinante.
*Publicado en Sonitus Noctis Núm. 4 Agosto de 2004 www.sonitusnoctis.com

Ahi vienen los moridos


El caballero y la Muerte
por Yasmín Santiago
“El de Negro baila en la playa”Det Sjunde Inseglet

La figura destaca en la playa a la luz del amanecer. Es un hombre. Alto. Erguido. Delgado. Envuelto de la cabeza a los pies en ropajes negros. Los ojos profundos, como el vacío. El rostro libre de pasiones. Inexpresivo. Inescrutable.


Verlo así de frente, al alcance de la mano, no es una cuestión que tranquilice el ánimo. No es una abstracción, no es una imagen fruto de las ideas de los hombres. Ya no hay lugar a dudas: la muerte existe, y ha llegado por ti. Y el hecho de que tenga la apariencia de semejante tuyo no la hace más tratable: puedes preguntarle cosas, puedes pedirle respuestas, pero no tiene nada que darte, nada que decirte, excepto que tu tiempo ha llegado a su fin y es necesario –e inevitable- seguirla.


Cuando Antonius Block se encuentra con la Muerte en la playa no acepta con resignación el fin de su tiempo. A pesar de ser un caballero, de haber luchado por la fe, defendiendo la idea de que Dios existe y protege al hombre, tiene miedo de morir. Ante la perspectiva de abandonar el mundo conocido, ya no es tan clara la certeza de que exista Dios y haya una recompensa después. Quizás ni siquiera sea necesario que exista tal recompensa; la mínima seguridad de que el rostro de la Muerte no es lo último que verá, que del otro lado hay algo, lo consolaría.

El caballero juega ajedrez con la Muerte. Quiere ganar tiempo. Pretende escabullirse, aunque sabe que no es posible. La escena, en blanco y negro, es muy bella: el amanecer, la playa, las olas rompiendo contra las rocas, las gaviotas volando. El mundo sigue un curso imperturbable, mientras el hombre trata de negociar con la Muerte, frente al tablero, la extensión de sus días. Como el caballero, los demás personajes de “El séptimo sello” (“Det Sjunde Inseglet”, Ingmar Bergman, 1956) están espantados por la muerte. Es la Edad Media y la peste negra está asolando Suecia. Todos, justos y malvados, se enfrentan a la posibilidad de morir entre sufrimientos horribles y abandonados a su suerte, porque la gente, temerosa del contagio, huye de los apestados.


La peste anuncia el fin del mundo. Ensombrece la atmósfera con un tinte fatalista: nos estamos muriendo, en las peores condiciones posibles, sin dignidad ni consuelo. Es lo que el penitente pregona a su llegada al pueblo, señalando con el dedo a sus oyentes. Tú, mujer embarazada, morirás mañana, y tú, hombre que hoy gozas de tus vicios, mañana o pasado, o después, morirás con un gesto ridículo en el rostro, porque la muerte dejará al descubierto tu fealdad. Es el fin del mundo familiar, y el que viene después, por su inhumanidad, es incomprensible y espantoso.
Jons, el escudero de Block, no tiene preguntas que hacer ni respuestas que dar, pero no le importa. Nos basta con oírlo cantar para saberlo. “Arriba está el Señor, está tan lejos, pero a tu hermano Satanás lo encontrarás en cada calle”. ¿Tienes que cantar? replica el caballero. No, responde el escudero, y se calla. Block y Jons recorren el camino juntos, aunque de distinta manera. Block sumido en sus angustiosas reflexiones sobre Dios y la muerte; Jons con la atención fija en lo inmediato. Como don Quijote y Sancho, el escudero intenta traer al caballero al mundo de lo tangible, sin conseguirlo.


La muerte gana la partida. El caballero, satisfecho de haberle arrebatado a la Muerte los días que duró el juego, sigue su camino. Sabe que esa será la última noche de su vida. Junto con su esposa y sus amigos, el caballero morirá al amanecer, rezando, pidiendo clemencia, mientras Jons intenta disuadirlo para que saboree los últimos instantes de su existencia, para que “sienta el tremendo triunfo de poder mover los ojos y mover los dedos de los pies”, porque lo espera el vacío.


Al final, ya no hay angustia, ya no hay dolor, ya no hay cinismo. La Muerte y sus elegidos se alejan danzando por el horizonte, hacia los confines del mundo. “¿Quién es aquel que sea tan gran hombre que pueda vivir sin morir y de la muerte que todo mata pueda su alma escapar?” pregunta la Muerte a un caballero en “La danza de la muerte” de Hans Holbein. Nadie. El hombre debe morir. Niño o anciano. Rico o pobre. Sacerdote o ladrón. Príncipe o soldado. Madre o meretriz. Al final, todos estamos destinados a bailar su danza.
*Publicado en Sonitus Noctis Núm. 4 Agosto de 2004 www.sonitusnoctis.com