martes, noviembre 28, 2006

Una del Bucky



Nada nuevo qué decir. Jale, jale, jale. Ayer no pudimos ver al Flaco. Sabemos que debe haber festejado su cumpleaños de una manera o de otra.


La Hurona no nos dejó dormir. Se durmió poco después de media noche y luego despertó hecha una magdalena de berridos y lagrimones a las dos y media de la madrugada. La volví a dormir, la puse dulcemente en su cuna (casi parezco pinche madre abnegada de telenovela) y que se despierta otra vez la ... güerca jija. Ya no la levantamos de la cuna. Se quedó berreando como diez minutos, se cansó, medio quiso volver a llorar, se convenció de que no la íbamos a pelar y se jeteó. Así, hecha bola, sin pantalones y con una tirria tremenda por el cobertor. Cada vez que me le acercaba para taparla nomás gruñía, como verdadero bicho maleducado.


Tengo mucho jale. eso es chido. Lo pata es que todo es para el viernes. ¡Y el viernes es asueto! Me tienen elaborando unos objetivos particulares (que me están quedando de lo más ojetes) para el libro de literatura de prepa. Además, me hicieron más encargos de dedicatorias :) Me encanta ese jale. Es súper entretenido y a veces se te van las horas tratando de descifrar un tracito que parece u y al final, quién sabe como, es una t.


Chido. Ya fue mucho rollo. Ahi los dejo con la tira de ayer de Get Fuzzy. En honor al Flaco que, al igual que nosotros, no deja de cumplir años.


Pásenla bien.

lunes, noviembre 27, 2006

Feliz cumpleaños, Flaco del mal


Estimado Flaco, la comunidad Hurónica, anexos y asociados (es decir, el Taco, el Pachuco y cuanta lacra para por este lar de perdición) te deseamos un feliz cumpleaños.


Es una lástima que no haya sido posible celebrarlo ayer en forma (ni falta que hizo, igual cumples hoy). Esperemos que el próximo fin (de semana) haya más tiempo, más lana y menos gripe.


Pásala chido, Flaquito. Te celebramos en donde estés y en donde estemos. Muchos, muchos besos y rasco, rasco, rasco.

sábado, noviembre 25, 2006

Sabadín tranquilín


¡Sábado muy chido! Nos levantamos tarde, estamos a punto de comer y son casi las 6 de la tarde, y la hurona ha estado adorablemente juguetona y chistosa. Raza, esto es vida.


Cosas que aspiro que le gusten a la Hurona: su familia (siempre es difícil conseguir eso, ustedes lo saben), los libros (para leer, espero), las películas (pero no de Disney, plis), las caricaturas (especialmente los Padrinos Mágicos) y los cómics. No necesita ser una pasmarota de todo esto, pero me gustaría que conociera todo esto y le encontrara el gusto.


Cosas que aspiramos legarle: nefastez al por mayor, un sensor para detectar imbéciles (eso nos ahorraría andar detrás de ella para ver a quién le concede sus atenciones, digo), sentido del humor chingaquedito, una dotación inmensa de chistes sosos y de mal gusto, amor y lealtad absoluta por Pasmaria (su patria y la nuestra) y la confianza de que sus apás y la gente que la rodea la adora rabiosamente.
En este momento precisamente la adoro. Está dormida y me va a dejar comer rico :)
Ahi los dejo con una foto familiar bastante bonita y que debemos a la amabilidad de Cocuna. ¡Gracias, comadrina! Sos una artista, me cae.
Besos y pasadla bien.

viernes, noviembre 24, 2006

Tarde de visita familiar


Pues sí, mi querida hermana Caro chocó ayer. Bueno, la chocaron y el perro del mal que la chocó puso pies en polvorosa. Caro está saliendo en las tardes a dar la vuelta por los alrededores de su casa, a ver si da con él. Si es así, compadezco al pobre pendejo :)


Con ese motivo, hoy vamos a hacerle a mi mamá la visita que le corresponde aproximadamente cada bimestre. Creo que esta vez se la adelantamos, pero no importa, ¿o sí? No tengo muchos ánimos de ver familia, porque me duele la garganta y me empieza a pesar el cuerpo (no sé si de cansancio o de algún virus). Lo chido es que voy a poder ver a Grecia. Hace como tres semanas que no la veo, y como ustedes bien saben, un bebé cambia cabronamente rápido.


El próximo lunes (creo) cumple años el Sr. Sagaz (aka: el Flaco, la Campamocha, el Elfo) y la semana pasada nos dijo que no pensaba hacer nada. No seas rosca, cabrón. Mínimo una chela en la Nacional, o ya de perdido en tu casa. A menos que te quieras pegar a nuestra excursión a la carretera, que pensamos hacer este fin de semana. No va a haber chelas, pero mínimo nos orillamos en la carretera para que comas pastura o algo así de pintoresco :)


¡Mi Nena es para mí el fin de semana! Si todo sale tranquilo, va a estar el fin de semana enterito con nosotros. Chido, chido.


Y ya casi termino con Constantine.


Supongo que no le sorprenderá a nadie saber que mis compañeros de la Ponchina presuntamente no me toman en serio por mis pasmareadas. Así está el abarrote. De ser fan de La ciencia del sueño a ser fan de Hellboy, "the red right hand" sale ganando. Además, de alguna manera me parece que todos nosotros también nos limamos los cuernos para encajar.


En fin, pásenla chido.


Y para quienes habían pedido las Eddas, servidos, marchantes :)


Los dejo con una foto de una nueva adaptación cinematográfica de un cómic de Miller que me encontré por ahí. Se llama 300. Si saben de qué se trata, me dicen. Ciao.

Hablando de pasmareadas



El hidromiel de Odín
por Yasmín Santiago


Cuando tenía cuatro años, mis abuelos me llevaron a visitar a doña Mathilde, mi bisabuela. Doña Mathilde era una matrona de las de antes, grande, entronada en su mecedora de madera labrada, con los labios muy apretados y la mirada terrible detrás de los anteojos. Aquella tarde, los hijos del hermano menor de mi abuelo -que eran un niño y una niña unos pocos años mayores que yo- también estaban de visita. Los tres estábamos viendo televisión en compañía de doña Mathilde. El niño se levantó y dijo: "Abuelita, ¿puedo ir a jugar con el perro?" A lo que ella respondió con un breve "si". Acto seguido, me levanto y le pregunto: "Abuelita, ¿puedo ir a jugar al porche?" A lo que ella respondió con un hilo de voz. "Yo no soy tu abuela". Ante una respuesta tan elocuente sólo pude contestar con un tímido "Sí señora" para luego salirme a jugar al porche, sin saber si tenía o no permiso para ello. Un rato después, mi jovencísima tía segunda -de unos nueve años- salió y me preguntó: "¿Te dieron permiso de jugar aquí?" "No sé" respondí. "La señora, la madre de mi abuelo, no me dijo que no podía jugar".

Entonces no lo sabía, pero acababa de tener el primer contacto de mi vida con una de las herramientas poéticas más instintivas: la perífrasis, la kenning en la literatura nórdica. La mayor colección de estas kenningar la encontramos en las Eddas mayor y menor, los compendios más importantes de literatura islandesa medieval. Curiosamente, la palabra edda significa bisabuela. Supongo que es un apelativo que tampoco habría satisfecho a doña Mathilde, quien me provocaba el mismo pavor que una valkiria a un guerrero en lid.Sin embargo, aquello de Señora mamá de mi abuelo siempre dio resultado.

Borges definió las kenningar como "una de las más frías aberraciones que las historias literarias registran", con lo cual no pretende denigrarlas ni restarles valor artístico, sino clasificarlas como un recurso literario limitado y condenado a la muerte conceptual -Borges dice ¿cuántas imágenes es posible crear sobre el mismo ser u objeto sin repetir la idea de fondo?- el número es limitado, la lógica hace que las kenningar cierren su círculo pronto, de manera que ni el más avezado poeta es capaz de crear una kenning nueva sin repetir una idea dicha anteriormente por otro poeta o por él mismo.Las kenningar son perífrasis convenidas, un código lingüístico especialmente creado por los poetas islandeses de la edad media para nombrar dioses, gigantes, héroes, monstruos, enanos, elfos, reyes, magos, objetos y lugares.
Las kenningar son frases que expresan en contenido lo mismo que una palabra. De ahí que el poeta, para referirse a la poesía, la nombre "la sangre Kvasir", "el navío de los enanos" o "el hidromiel de Odín". El nombre de Odín es sustituido por "el Padre de Todo", "Dios de Caídos" o "Señor de los Cuervos". Los cuervos son llamados "los cisnes del Dios de la Carga", "cisnes de guerra" o "gaviotas de las heridas". De esta misma manera se procede con muchos otros sustantivos. La pericia del poeta era probada en su empleo de las kenningar. El buen poeta sabía citar las kenningar ya existentes, pero también era capaz de crear nuevas. El mal poeta sólo las copiaba.

Conviene distinguir entre la poesía escáldica y la éddica. Los escaldas, en su afán por exaltar los hechos heroicos de los reyes a quienes servían, agotaron el recurso de las kenningar y convirtieron al poema en un criptograma indescifrable. Esta poesía sólo sirve para alimentar los ocios de especialistas y entusiastas en la materia como Borges, autor de un breve catálogo de las kenningar (ver Historia de la eternidad). En contraste, la poesía éddica, la de las Eddas Mayor y Menor, conserva las kenningar originarias, de las cuales se vale para consignar los mitos y costumbres del pueblo vikingo.

La Edda Menor o en prosa, compuesta alrededor del año 1220 por el poeta y político Snorri Stúrluson reúne, a la par con una gran variedad de mitos y leyendas populares, un riguroso catálogo de las kenningar, así como consejos para su uso y adecuada elaboración. Los mitos recogidos en esta obra didáctica servían al poeta para contextualizar su arte.

La Edda Mayor o en verso cuenta una gran diversidad de asuntos: los orígenes del Universo, la creación de la primera pareja humana, las correrías de Odín y su prole, el florecimiento y muerte de Yggdrásil, el árbol cósmico, la destrucción del mundo, las gestas de Sigfrido y los Nibelungos. La Edda Mayor da noticia de personajes ampliamente conocidos -y desvirtuados- a través del cine, la literatura, la música, los comics, los dibujos animados e incluso los videojuegos. Quienes hoy rondan los veintitantos años deben recordar la transmisión en señal abierta de la segunda saga de Los Caballeros del Zodiaco, el famoso anime japonés. ¿Quién no recuerda con singular nostalgia que dicha saga de desarrolla en Ásgard, el hogar de los dioses vikingos, que la princesa Hilda (¡una valkiria!) se encontraba poseída por el "maléfico" anillo de los Nibelungos, que cada guerrero de Ásgard estaba investido por el poder de un dios nórdico? ¿Quién, leyendo las Eddas, no ha notado que el Aurín de La historia interminable está inspirado en la serpiente que rodea el Mídgard, que es el nombre islandés con que se designa a la Tierra Media, hogar de gigantes, enanos, elfos y otros muchos pintorescos y taquilleros personajes?

No sólo las curiosidades mitológicas y lingüísticas tienen cabida en las Eddas. Éstas funcionan incluso como documento antropológico. "Los dichos de Har", el segundo de los cantos de la Edda Mayor, testimonia los usos y costumbres sociales de los vikingos. Se explica por ejemplo que un huésped debe esperar de pie a la entrada de la casa hasta que el anfitrión lo invite a tomar parte en los festines, y dependiendo del lugar que se le asigne en la mesa, es el grado de estimación que merece. Hay otros rasgos culturales que sin ser explícitos se infieren. "La visión de la adivina", el primer canto de la Edda Mayor, refiere brevemente la creación de la primera pareja humana, Ask (fresno) y Embla (olmo), surgidos de dos troncos caídos. Es válido pensar que un pueblo como el nórdico, cuya economía giraba en torno a la madera que le servía para calentarse y fabricar embarcaciones, no hiciera surgir a los padres de la raza humana del barro, como muchas culturas agrícolas.

La naturaleza de las kenningar, que denotan los atributos de los seres y los objetos, las vuelven ideales para referir las gestas guerreras. De ahí que la poesía éddica parezca áspera para quienes estamos acostumbrados a las amables lírica y épica de la Europa meridional. El de las Eddas es el lenguaje grandilocuente del Homero de la Ilíada y de la primitiva tragedia griega que muere con Esquilo. Es un lenguaje que de alguna manera trasluce el diario esfuerzo del hombre por sobrevivir a las rudezas del entorno físico. Con la llegada de las comodidades de la civilización, la poesía escandinava se convierte en un juego de entretenimiento cortesano. Nos queda el monumento, las Eddas, el hidromiel de Odín, para beberlo eternamente en el Valhalla con los einheriar, los muertos en combate.

(Nota bibliográfica. Alianza Editorial publica la poesía éddica bajo los siguientes títulos: Edda Mayor: poesía nórdica siglos IX-XIII, y Edda Menor, de Snorri Stúrluson. Ambas están traducidas y anotadas por Luis Lerate).
*Publicado en Sonitus Noctis Núm. 5, Septiembre de 2004 www.sonitusnoctis.com

Uno de Arturo


Una sucesión de eventos desafortunados
por Yasmín Santiago

La muerte del rey Arturo
Biblioteca artúrica,
Alianza Editorial
España, 2001

Arturo tiene un sueño. En éste, la Fortuna lo monta en su rueda y le permite contemplar todo lo que él ha sido, todo lo que ha tenido. Luego lo hace caer para mostrarle que todo hombre, sin importar su orgullo y poderío, está destinado a la ruina. El tema de "La muerte del rey Arturo" es la ruina: la de Arturo, la de los caballeros de la Mesa Redonda y la del reino mismo de Logres. El rey y sus caballeros descubren el amor adúltero de Ginebra y Lanzarote, el mejor caballero del mundo, el más amado de Arturo y el más envidiado. Ginebra es condenada a muerte y es rescatada por Lanzarote y su parentela. Una guerra a muerte se desatará entre Arturo y los caballeros de la estirpe del rey Ban. Lanzarote será desterrado y la guerra lo perseguirá a su propio país. Pero estas calamidades son apenas el principio de las desdichas que sufrirá Arturo. Todas ellas desembocarán en la batalla de Salisbury y el enfrentamiento entre Arturo y Mordret predicho por Merlín. El reinado idílico de Logres, la era dorada de la caballería, llegará así a su final.



A diferencia de "La búsqueda del Santo Grial", libro predecesor de "La muerte del rey Arturo" y en el cual se muestra a la Mesa redonda en toda su heroica plenitud, el quinto libro de la Vulgata artúrica es desolador. Galaz y Perceval están muertos, los caballeros de la Mesa Redonda divididos, Arturo y Lanzarote enfrentados. Después de la traición de Lanzarote a su señor ya nada bueno puede suceder. Pues si la traición ha anidado en el hombre más virtuoso, ¿dónde será posible encontrar en adelante la lealtad?



"¡Ay! Fortuna, cosa contraria y opuesta, lo más desleal que hay en el mundo, ¿por qué me fuiste tan favorable y amiga si me lo venderías tan caro al final?" se lamenta Arturo, en un arranque goliárdico, ante las desgracias que se avecinan. Es la última muestra de rebeldía del rey más poderoso del mundo ante la pérdida de su esperanza, ante la destrucción de sus ideales. Después sucumbirá resignado a su destino y sólo dejará tras de sí el recuerdo de la gloria de la caballería y del apogeo del ideal cristiano.



"La muerte del rey Arturo" es el último de los cinco libros que integran la Vulgata artúrica. La preceden "La historia del Grial", "Merlín", "Lanzarote del Lago" y "La búsqueda del Santo Grial". Aunque obra tardía (fue escrita hacia 1230, presumiblemente por monjes), la Vulgata es considerada como la fuente más completa y fidedigna de las gestas artúricas. "La muerte del rey Arturo" pretende ser el final de las aventuras del legendario rey y su compañía, lo cual no es enteramente cierto. Aunque la Mesa Redonda es aniquilada, su simiente da lugar a una multitud de caballeros andantes en busca de entuertos que enderezar: Amadises, Tirantes, Zifares, Calamores y Roldanes, que sólo habrán de terminar su recorrido por el ancho mundo en las aventuras de cierto hidalgo manchego y su Rocinante.
*Publicado en Sonitus Noctis Núm. 4 Agosto de 2004 www.sonitusnoctis.com

Ahi vienen los moridos


El caballero y la Muerte
por Yasmín Santiago
“El de Negro baila en la playa”Det Sjunde Inseglet

La figura destaca en la playa a la luz del amanecer. Es un hombre. Alto. Erguido. Delgado. Envuelto de la cabeza a los pies en ropajes negros. Los ojos profundos, como el vacío. El rostro libre de pasiones. Inexpresivo. Inescrutable.


Verlo así de frente, al alcance de la mano, no es una cuestión que tranquilice el ánimo. No es una abstracción, no es una imagen fruto de las ideas de los hombres. Ya no hay lugar a dudas: la muerte existe, y ha llegado por ti. Y el hecho de que tenga la apariencia de semejante tuyo no la hace más tratable: puedes preguntarle cosas, puedes pedirle respuestas, pero no tiene nada que darte, nada que decirte, excepto que tu tiempo ha llegado a su fin y es necesario –e inevitable- seguirla.


Cuando Antonius Block se encuentra con la Muerte en la playa no acepta con resignación el fin de su tiempo. A pesar de ser un caballero, de haber luchado por la fe, defendiendo la idea de que Dios existe y protege al hombre, tiene miedo de morir. Ante la perspectiva de abandonar el mundo conocido, ya no es tan clara la certeza de que exista Dios y haya una recompensa después. Quizás ni siquiera sea necesario que exista tal recompensa; la mínima seguridad de que el rostro de la Muerte no es lo último que verá, que del otro lado hay algo, lo consolaría.

El caballero juega ajedrez con la Muerte. Quiere ganar tiempo. Pretende escabullirse, aunque sabe que no es posible. La escena, en blanco y negro, es muy bella: el amanecer, la playa, las olas rompiendo contra las rocas, las gaviotas volando. El mundo sigue un curso imperturbable, mientras el hombre trata de negociar con la Muerte, frente al tablero, la extensión de sus días. Como el caballero, los demás personajes de “El séptimo sello” (“Det Sjunde Inseglet”, Ingmar Bergman, 1956) están espantados por la muerte. Es la Edad Media y la peste negra está asolando Suecia. Todos, justos y malvados, se enfrentan a la posibilidad de morir entre sufrimientos horribles y abandonados a su suerte, porque la gente, temerosa del contagio, huye de los apestados.


La peste anuncia el fin del mundo. Ensombrece la atmósfera con un tinte fatalista: nos estamos muriendo, en las peores condiciones posibles, sin dignidad ni consuelo. Es lo que el penitente pregona a su llegada al pueblo, señalando con el dedo a sus oyentes. Tú, mujer embarazada, morirás mañana, y tú, hombre que hoy gozas de tus vicios, mañana o pasado, o después, morirás con un gesto ridículo en el rostro, porque la muerte dejará al descubierto tu fealdad. Es el fin del mundo familiar, y el que viene después, por su inhumanidad, es incomprensible y espantoso.
Jons, el escudero de Block, no tiene preguntas que hacer ni respuestas que dar, pero no le importa. Nos basta con oírlo cantar para saberlo. “Arriba está el Señor, está tan lejos, pero a tu hermano Satanás lo encontrarás en cada calle”. ¿Tienes que cantar? replica el caballero. No, responde el escudero, y se calla. Block y Jons recorren el camino juntos, aunque de distinta manera. Block sumido en sus angustiosas reflexiones sobre Dios y la muerte; Jons con la atención fija en lo inmediato. Como don Quijote y Sancho, el escudero intenta traer al caballero al mundo de lo tangible, sin conseguirlo.


La muerte gana la partida. El caballero, satisfecho de haberle arrebatado a la Muerte los días que duró el juego, sigue su camino. Sabe que esa será la última noche de su vida. Junto con su esposa y sus amigos, el caballero morirá al amanecer, rezando, pidiendo clemencia, mientras Jons intenta disuadirlo para que saboree los últimos instantes de su existencia, para que “sienta el tremendo triunfo de poder mover los ojos y mover los dedos de los pies”, porque lo espera el vacío.


Al final, ya no hay angustia, ya no hay dolor, ya no hay cinismo. La Muerte y sus elegidos se alejan danzando por el horizonte, hacia los confines del mundo. “¿Quién es aquel que sea tan gran hombre que pueda vivir sin morir y de la muerte que todo mata pueda su alma escapar?” pregunta la Muerte a un caballero en “La danza de la muerte” de Hans Holbein. Nadie. El hombre debe morir. Niño o anciano. Rico o pobre. Sacerdote o ladrón. Príncipe o soldado. Madre o meretriz. Al final, todos estamos destinados a bailar su danza.
*Publicado en Sonitus Noctis Núm. 4 Agosto de 2004 www.sonitusnoctis.com

El desafane

Encontrado en un libro del FAR:

Para mi querido amigo Alfonso Reyes por su gran talento y su espíritu fino,
aunque iba a partir sin decirme adios. Nuestra vieja amistad nos dispensa
de todo, pero… Vicente Huidobro 1923- Paris- 41 Victor Massi



¿Qué onda con el desafane de la raza? Para que no se piense que el desafane es fenómeno exclusivo de nuestra muy presumida decadencia cultural. Como que esto me explica un cuentito medio picosón de don Poncho acerca del creacionismo :)

jueves, noviembre 23, 2006

Pasmaria, tus hijos vuelan


No he tenido tiempo de actualizar y además no ha ocurrido nada importante como para comentarlo. Bueno, la vida sigue un tanto árida. Nos levantamos "temprano", llegamos tarde y la rutina, bien que mal, sigue dando.

Les voy platicar rapidísimo de una de mis primeras pasmareadas infantiles: Dr. Jekyll y Mr. Hyde. No la novela, esa la leí apenas el año pasado, sino la película de Spencer Tracy que pasaban en las memorables tardes de película que daba el canal 12 en sus tiempos de gloria, o sea, cuando estábamos chamacos y no había narcos en Monterrey. Supongo que si la volviera a ver ahora me parecería chistosa o ingenua, pero en aquella época me parecía muy impresionante y muy chida. No sabía mucho de actores ni de actrices, pero me aficioné a Spencer gracias a esta película. Buscaba en canal 12 todas las películas donde actuara él y las veía sólo por eso. Mi abuela dice que lo mismo me pasaba con Yul Brynner cuando era muy niña, pero de eso no me acuerdo. Supongo que por eso me parecen atractivos los calvos y más si tienen los rasgos toscos y muy marcados, como el Brynner.


Hacía años que no recordaba a Spencer. Lo recordé gracias a G el sábado, pues me pasó algunas fotos suyas, precisamente caracterizado como Jekyll. No sé gran cosa de este hombre, excepto que fue un actor muy chido y que tuvo su época de guarro para luego arrejuntarse con Katharine Hepburn, creo.


Muy chidos recuerdos. Siempre me ha parecido que mi época de pasmarota data de hace poco tiempo a la fecha. Pero no es así. He sido pasmarota toda mi vida. Y darse cuenta de eso trauma, sorprende y da risa. Un compañero mío dice que vivo en un mundo que ya no existe. Pero yo no lo siento así. Spencer, Humphrey, Yul, Denny y una larga lista de nombres que necesitan un post entero me han acompañado de manera regular en mi vida, y me la han hecho placentera. Eso no puede ser un mundo que no existe.


Pasen bonito día.

lunes, noviembre 20, 2006

Feliz cumpleaños, Artecilla :)


¡Feliz cumpleaños a la Arte, que es bien patriótica y nació el día de San Anivdelarev! Por razones fuera de nuestro control (entre ellas, hacerle un horario a la Hurona, arreglar un desmadre en la casa e ir a ver a Wolverine y a Batman) no hemos podido hacernos hueco para hablarle y felicitarla, pero no nos hemos olvidado de ella. Feliz cumpleaños, Arte bonita, la familia Hurón está feliz y honrada de verte crecer, y cuando cumplas la mayoría, nos invitas las chelas. Besos, besos y más besos.


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Lo anterior es la felicitación especial de la Hurona :)


Y de veras intenté que esta felicitación quedara para el 20. Sorry.

sábado, noviembre 18, 2006

Esta tarde, en casa de la D


Hoy celebramos el cumpleaños de Helena, que cumple años el 20 de noviembre (¡hay que hacer una merienda temática de la Revolución!), pero por razones de logística se le hace la merienda hoy 18. Feliz cumpleaños a la Helenilla, y nos vemos en la tarde. Habrá tamales, pastel y raza muy chida. No dejen de caerle.


Ayer no actualicé el blog porque hubo reunión de larga tirada con los Villarreal. Ya casi queda la cosa. Me encomendaron un trabajito muy chido. Tengo que checar unos autógrafos en la colección de Alfonso Reyes. Pinta para que esté divertido. La Hurona estuvo (y está) muy necia, por ello tampoco actualicé nada. Además, ahora sí que no hay novedad en el frente :)


Bueno, pasen bonito día y ojalá nos veamos en la tarde.

jueves, noviembre 16, 2006

(Casi) sin novedad en el frente

Hemos llegado a jueves y las cosas transcurren sin mucha novedad, o más bien, sin emociones.

Hoy tenemos un evento en la Alfonsina, que se ha sacado de manera expres, porque apenas ayer avisaron que era para hoy. Que conste que no me estoy quejando, a mí no me ha tocado organizar nada. Además, parece que ha quedado muy bonito. Hoy también, don Fortino cumple 77 años. Tiene una camisa nueva que le regalamos ayer el Sr. Oportuno y yo, y va a preparar menudo, que siempre le queda muy rico. Le voy a llevar pastel, la diabetes nunca le ha impedido comerlo si se le antoja :)

La Hurona mejorando de una chafi gripa que pescó mitad por el clima y mitad porque no quiere dormir sin abanico. Anoche por fin nos dejó dormir un poco mejor: el Sr. Oportuno cinco horas y media y yo casi seis. Estoy muy cansada, pero contenta.


Y por fin es jueves y nos esperan tres días de descaso, no sé si merecidos, pero sí añorados.

Ya era hora.

Pasen bonito día. Los dejo con la Hurona moquienta. Ciao.

martes, noviembre 14, 2006

Ábranla, mundo, que ya llegamos con nuestro desmáuser...


Las señoritas Elizondo Doménech y Tinajero Santiago haciendo un desmadre el sábado por la noche.



¿A poco no son una ternura el par de canijas? La pasaron muy bien, hasta que llegaron los juguetes :) Me dan mucha ternura, porque esa misma situación, el estira y afloja por un juguete o cualquier otra cosa que traiga el de al lado, es una situación que contemplé y sigo contemplando en mis hermanas. Se enfurruñan, se dicen cosas, se sacan la lengua, hacen berrinche y al rato están bien contentas planeando la vuelta de la tarde.



No sé si D se sienta tranquila de que este par de jijas estén pasando por estos avatares juntas. Espero que sí. A fin de cuentas, somos familia. D ya no va a encargar más güercos, y a mí me da pánico volver a encargar (lo cual no significa que en unos siete u ocho años no me anime). Así que las nenas van a crecer como primas. Y es la neta. La infancia, con todas sus alegrías y chafencias, es más dulce cuando hay familia cercana que te quiera y te acepte, sin importar si la familia es sanguínea o adoptada y sin importar de a cómo sean las travesuras. A mí me faltó eso de a madres. Lo recordé por la pregunta de hoy en el flog de D. Y me consuela mucho que D y Arte estén cerca de la Hurona y de mí.



En fin. Ahorita los berrinches son por los juguetes. Al rato serán por las películas, los vestidos o sabrá Dios qué cosa. Y mucho después, si Dios nos da aguante, las veremos, ya no hacer berrinche, sino hacer causa común por el fastín en miras...



No puedo esperar para verlas crecer. Nenas cositas.



Besos y que pasen bonito día.

Críters of de náit


¡Esa raza!


Ya pasó el trauma de la presentación. Las críticas generales de los críticos autorizados (es decir, Mari, Liz, Engendro, Elfo y Pachuco, además de uno que otro cuate que anduvo por ahí: mil gracias, Adiel y Rocío) dicen que la lectura estuvo chida aunque apresurada, y que el texto enviado por la presentadora (que no asistió por razones desconocidas que no nos interesa desentrañar) no estuvo precisamente chido. No, no se trata de que no piropeara el libro (no lo hizo para nada y no tenía por qué hacerlo), sino que al parecer lo redactó con absoluta falta de interés. Sin embargo, a pesar de todo y contra todo, estuvo chido. El Pachuco leyó el texto de la presentadora, estuvo a punto de agregar un par de comentarios de su propia cosecha al respecto pero se aguantó y la cosa terminó con bien.


La presentación del libro de poesía del Giorgos estuvo bonita, porque tanto él como Mine estaban contentillos, y la inauguración de la muestra visual estuvo rapidina y chida. Lo demás fue comer, pistear, platicar y comer más.


El Sr. Oportuno, alias Pachuco, padre de la Hurona y presunto compañero de mis andanzas (digo presunto porque no sé si quiera que lo embarre en cada guarrada que hago) sugirió que posteara aquí la mini introducción que había redactado para la lectura. No es realmente una introducción, es una notita que escribí por si Mine decidía a última hora que no leyera el cuento, o por si simplemente se ofrecía. Anuncié que iba a leerla, pero a Mine le dió la histeria y dijo con una despistada seña que no. Así que procedo a recetárosla.


Unas palabras…

El primer cuento de horror que leí en mi vida fue “El almohadón de plumas”, de Horacio Quiroga, en secundaria. Me costó un tiempo deshacerme de la imagen del bicho gordo aquel que acabó con la vida de Alicia y más tiempo aún entender por qué me había asustado: el bicho realmente existía, en nuestro mundo físico, en nuestra realidad inmediata. Aunque supongo que encontrarse con la almohada exacta que contenga la pluma donde se aloja el bichito que te succiona la sangre mientras duermes es una cuestión de azar y no tanto de realidad constante.

No diré que desde entonces me ha gustado el relato de horror porque no es cierto. El género estaba discretamente vedado en casa y los contactos con él eran esporádicos y aleatorios; igual me tocaba leer relatos buenísimos que textos de lo más chocarreros, en el sentido de lo caótico. Lo mismo el cine. Lo mismo (aunque más de lo segundo) la televisión. Mi vida de lectora se forjó alrededor de los clásicos, de la mitología y de lo que me recomendaban en la escuela mis maestros. Entre tantas recomendaciones llegué a aquella que es obligada: Drácula, y decidí que valía la pena aquel mundillo. Esto sucedió cuando ya pasaba de los veinte y desde entonces el horror se ha convertido en uno de mis temas de lectura favoritos.

Durante años me privé de la lectura del relato gótico, porque en general la gente a mi alrededor hablaba mal de él. Lo trataban, y lo siguen tratando, de subgénero, acentuando mucho lo de “sub”. Luego de leer un poco por aquí y por allá, de conocer autores, temas, su evolución a través del tiempo, caí en la cuenta de que el género del horror, como muchos otros en la literatura, es apasionante, susceptible de gran belleza y particularmente, un gran maestro de ética. Además, el tema principal nos atañe a todos: el miedo y sus porqués.

Todo este preámbulo lo he hecho con la intención de expresar mi admiración por un género que me ha enriquecido en la comprensión de mi mundo y del espíritu humano. Y que puede llegar a ser muy bueno o muy malo en términos estilísticos y temáticos, pero jamás “sub”.

Agradezco profundamente su compañía y la oportunidad de estar entre ustedes en esta tarde de otoño que a ratos más parece de verano, agradezco profundamente hallarme en la compañía literaria de mis compañeros antologados y agradezco la oportunidad de contribuir, de manera muy modesta, a la expansión de un género cuyo potencial es tan extenso como innumerables los temores humanos.


Muchos besos a la raza antologada, aunque además de D nadie los reciba. Y como ya os receté el textín, pasemos a otras cosas. Al rato les pongo la foto de la Hurona correspondiente al día de hoy.


Por lo pronto, que pasen bonito día :)

lunes, noviembre 13, 2006

San Lunes


Aunque no lo crean, no suelo tener la mitológica y antológica hueva proverbial que el resto de la humanidad suele sentir por los lunes. Como siempre traigo hueva y suele ser proverbial (jiji), no distingo el lunes del resto de la semana.


¡Fin de semana muy chidote! La D y Cía. estuvieron en casa el sábado en la noche. Muy fregón el asunto. Platicamos, pendejeamos, vimos a las Nenas lidiar con los avatares del crecimiento (y estuvo muy botana), dejamos videos musicales de fondo en la tele, sin pelarlos mucho, tragamos un chingo (al menos yo lo hice), tomamos café a lo bestia y seguimos platicando chido, chido hasta muy entrada la noche. Muy chido que cayera Natalia, que no ha cambiado mucho desde la prepa :) y lamentable que no cayera el M'hijo. Se perdió de anécdotas muy interesantes y de una plática de fantasmas muy chistosa.


El domingo por fin pudimos medio arreglar el cuarto de los libros (aka, El cuarto de los Seres Imaginarios, porque cuando se quedan el fin de semana, ahí duermen el Elfo y el Engendro, antiguamente Fuego Fatuo). Se le estaba desprendiendo la pintura del techo, tras la última chafi lluvia que tuvimos en la ciudad y había libros hasta en el piso. Ya está todo más o menos en su lugar y se puede caminar sin riesgo de partirse uno el hocico. En lo que a mí respecta, con eso vamos de gane, aunque todavía queden cosas fuera de lugar.


Hoy es la presentación de Criaturas de la Noche, en la Capilla. Cáiganle para que me vean dormir. La Huroncita se durmió hacia la una de la mañana.


Mujer de malos sentimientos.


Pasen bonito día. Al menos espero que no traigan tanto sueño como yo. Ciao.


Adjunto foto de la Hurona dormida (ella sí duerme, a la hora que le da la gana). No importa, la subo por chula.

viernes, noviembre 10, 2006

Y para cerrar el día...


Para no romper con la tradición, y sobre todo, para festejar que es viernes y que en diez minutos me voy al carajo (o sea, a Apodaca)una nota (y foto, nótese que monona se ve) sobre la Hurona.


Anoche andaba como trompo, lo cual hace que su otro apodo, Taco, se justifique aún más. Luego de unas largas horas de infructuosa espera, los hijos de puta muerta (gracias Flaco) que nos iban a impermeabilizar la casa no llegaron. Pero no hay bronca, la Hurona nos acompañó ese ratote eterno. Mientras yo lavaba la ropa y cocinaba tres cosas distintas al mismo tiempo, la Hurona ´jugó, se durmió, volvió a jugar, comió, trepó las escaleras, chilló clamando por atención, volvió a comer, se bañó, la mimamos y la dormimos, para que a los quince minutos volviera a despertar y su apá la arrullara.


No tengo esperanzas de que se le acomode el horario, porque creo que el horario no es el problema. Esta niña nos hace desquitar el tiempo que no estamos con ella. Se lo toma muy a pecho. Lleva cuenta exacta del tiempo que le debemos y nos lo cobra con largueza. Si nos retrasamos media hora del horario en que acostumbramos a llegar por ella, se pone en muuuuy mal plan (pregúntenle a la Compañía de Luz y Fuerza).


Pero es adorable (creo). Anoche nos divertimos mucho con ella, a pesar de la traqueteada que nos puso. Ya sé que siempre me estoy quejando de que ya no duermo, y le echo mucho carro a la Nena, pero no sé qué haría sin ella. Nos entendemos, y eso es muy chido.


Feliz fin (de semana, jeje).

De suicidios y niños lacras...


No hay un club de los suicidas

por Yasmín Santiago

Suicide Club

(Jisatsu Circle)

Shion Sono

Japón, 2002


Mayo 26. Una tarde común en la estación Shinjuku de Tokio. La gente espera con mayor o menor grado de impaciencia el tren que la llevará a destino. Un grupo de estudiantes, todas ellas chicas, llega a la estación alrededor de las 7:30. Conversan, ríen, reciben llamadas en su celular. El altavoz anuncia la llegada del tren y pide a los usuarios que permanezcan tras la línea de seguridad. Las chicas forman una fila a lo largo del andén, se toman de las manos y, como si no fuera nada más que un juego, cuentan hasta tres y saltan a las vías.


No es necesario describir el escenario resultante de la combinación del salto y el paso del tren. En Suicide Club, una ola de suicidios, individuales y masivos, se desata luego del incidente de la estación de trenes. La policía no tiene una hipótesis clara para solucionar el caso. Kuroda, el oficial a cargo, no cuenta con evidencia suficiente para ligar a las víctimas entre sí, pero tampoco para formular la teoría de una secta o una asociación que tenga como fin el suicidio.


Diversos elementos de fondo son los que proporcionan las pistas -que no son muchas- para resolver el misterio de los suicidios. El grupo pop Dessart, con su canción Mail me parece ser la conexión inmediata que permite el acceso al Club de los suicidas. Un sitio de Internet también permite el vínculo. Kuroda, luego de inscribirse en el sitio, recibe la llamada de unos niños que conducen al contactado a través de una sesión de preguntas y respuestas que obligan a la reflexión de la persona sobre sí misma. Por otro lado, Génesis, un misterioso personaje que parece una mezcla del Dr. Frankenfurter y David Bowie en su etapa de Ziggy Stardust, maneja su propio Club de los "suicidas", donde éstos son secuestrados y asesinados con el mayor sadismo posible.


En medio de una atmósfera caótica, los policías buscan -sin encontrar- las claves que les permitan detener la ola de suicidios. Sin embargo, conforme avanza la película, el espectador puede comprobar por sí mismo que no es nada fácil resolver la cuestión. Aunque muchas personas, la mayoría jóvenes, reciben el mensaje del Club de los suicidas, no todas cometen el suicidio.


Hay una secuencia clave de la película que muestra lo que podría ser el móvil de los suicidios. Kuroda, luego de las pesquisas iniciales, toma el tren que lo llevará a casa. Está cansado y desanimado. Apenas unas horas antes, el guardia de la estación de trenes le mostró una maleta deportiva que alguien había olvidado. Dentro estaba enrollada una larga cadena formada por secciones de la piel de doscientas personas. Doscientos suicidas potenciales. Al mirar a su alrededor, Kuroda se da cuenta de la profunda tristeza de la gente que, como él, va camino a casa. Cualquiera de ellos podría haber contribuido con su piel a la cadena. Incluso él mismo.
Es inútil que el espectador busque una razón exacta para los suicidios. Aunque es cierto que los niños de las sesiones de preguntas y respuestas orquestan al Club de los suicidas, y aunque el grupo Dessart es un punto de contacto para acceder a él, no existe lo que en primera instancia consideraríamos un aleccionamiento. Los niños no obligan a nadie a suicidarse. Ellos sólo hacen llegar un mensaje. Facilitan un careo de la persona consigo misma. Es evidente que cualquiera puede vivir motivado por alguien más, pero ¿puede vivir únicamente por amor a sí mismo? La respuesta a esta pregunta es la que en verdad motiva los suicidios. Por eso no todos los contactados se suicidan, porque se aman lo suficiente para continuar viviendo.


Suicide Club es una película escrita y dirigida por Shion Sono en el año 2002. Se trata de una mixtura de géneros, como el thriller, el misterio, el gore e incluso el musical. El resultado es una película muy efectiva y bien lograda, donde lo mismo tienen cabida escenas de una emoción conmovedora que secuencias de lo más espeluznantes y violentas. Suicide Club trata en primera instancia el tema del suicidio, y en niveles más profundos, cuestiones existenciales en las que todos, en algún momento, hemos pensado y todos hemos vivido.


Director: Shion Sono // Actores: Ryo Ishibashi, Masatoshi Nagase, Saya Hagiwara, Yoko Kamon, Rolly // Japón, 2002.


*Publicado en Sonitus Noctis 3, Julio de 2004 www.sonitusnoctis.com

Aranmanoth


El corazón es como un lobo hambriento
por Yasmín Santiago

Aranmanoth

Ana María Matute

Espasa
España, 2001


"Durante los primeros años de su vida, cuando aún no le habían apartado de su madre, Orso creyó oír voces".


El último señor de Lines es tocado desde muy niño por las voces de las criaturas del bosque. También, desde muy niño, es educado severamente para afrontar las adversidades de la vida. En el punto inicial de su edad adulta, es llamado por la más pequeña de las hadas del manantial y engendra un hijo en ella. Este niño, sagrado entre los humanos y los seres mágicos, será llamado Aranmanoth, mes de las espigas.


Atado a una naturaleza ambigua, Aranmanoth vive sus días entre la búsqueda y el descubrimiento. Así no duda en huir de Lines con Windumanoth, su joven madrastra y a la postre su amante, en pos del recuerdo del perdido y lejano Sur, la tierra que la vio nacer. En el camino, descubren los desmanes que el Conde, señor a quien sirve Orso, ha cometido en innumerables pueblos en su ansia guerrera. La desdicha humana, el sino de la desesperación y la muerte, quedan así a la vista de ambos jóvenes.


No hay un solo personaje que no esté en búsqueda de algo, recóndito y olvidado, con qué completar su existencia. Acaso la búsqueda de Aranmanoth sea la más dramática, ya que se escinde entre dos mundos diametralmente distintos: el mundo de la magia y la pureza, del misterio y la evocación al que pertenecen su madre y las criaturas del bosque, y el mundo humano, colorido y hermoso, apasionado y acechante al que pertenecen Orso y Windumanoth.
Aranmanoth es una novela llena de simbolismos y alegorías. Los principales caracteres humanos se hallan representados con toda sencillez -casi al estilo del auto sacramental. En este contexto, Aranmanoth representa el anhelo, Windumanoth la pureza, Orso el deber y el Conde el mundo corrupto. Estos caracteres forjan interrelaciones: el anhelo se vale de la pureza para alcanzar sus objetivos, el deber está obligado a servir al mundo corrupto. Los caminos se entrecruzan y se deslindan, pero todos llevan a la misma dirección: el encuentro descarnado e inevitable con la naturaleza de los hombres, con el corazón humano y su ímpetu devorador.


"El corazón es el gran depredador", le revela un hermano de condición a Aranmanoth una cierta noche. Y desde ese momento, la humanidad se convierte en el objeto de la búsqueda de Aranmanoth. La incomprensión de su naturaleza, su incapacidad para reconocer al mundo humano como propio se convierten en el motor de sus angustias. Sólo que la angustia no finaliza con el encuentro. Cuando mucho, se convierte en aceptación, en amor a la dualidad, luminosa y oscura, del género humano.


Con Aranmanoth, Ana María Matute completa -voluntaria o involuntariamente- el ciclo de novelas fantásticas iniciado con La torre vigía y continuado con Olvidado Rey Gudú. Aranmanoth es, aparentemente, la menos ambiciosa -en extensión y estilo- de las tres, pero no por ello la menos afortunada. En poco menos de doscientas páginas, Ana María Matute nos entrega una metáfora de los temores y los deseos de la humanidad. Sin intenciones moralizantes o aleccionadoras, Matute nos guía por un viaje al corazón humano, a sus esplendores y tinieblas y al encuentro de los que íntimamente somos: un depredador en búsqueda de sí mismo.
*Publicado en Sonitus Noctis 3, Julio de 2004 www.sonitusnoctis.com

Un servicio a la comunidad hurónica, o sea, a mí...






¡Raza! Rolen la invitación al evento por todas partes. Intimiden, extorsionen, amenacen, hagan promesas tipo campaña presidencial como las que hizo Fox, ¡todo se vale!



Inviten raza, díganle que va a haber pisto, canapés, algo así como arte, algo así como literatura y especímenes dignos de un estudio epistemológico de los que planeábamos Diana y yo cuando éramos estudiantes.



Es más, díganles que va a haber carrujos y que van a venir los Tigres del Norte. A ver si así se animan. Aunque sea a dar tomatazos :)



Pásenla chido.

De poetas bien pirados...

Bueno, ya terminé de leer a los poetas de la antología, y ya hice algunos ensayos de cuestionarios y ejercicios, que quedaron bien patosos.


Cualquiera diría que el hecho de haber egresado de Letras te hace sentir afín a los poetas, verlos como amiguines o compas.


¿Y ustedes que dijeron? ¡Esta pendeja ya se creyó ese rollo! ¡Pues no! ¡No me lo creo! ¡Batallé un horror, no para entenderlos, eso es lo de menos, para hacer las ... preguntas y ejercicios!


Pero bueno, ya pasó. Ahora, hay que corregir las ñetadas que me aventé. Así no se ven tan chinches las preguntillas en la próxima reunión. A propósito, mis artículos viejos los voy a publicar los viernes. Sobre advertencia no hay engaño. Pásenlos de largo y busquen el post con la aventurita del día o de la Huroncita, que para variar, no nos dejó dormir.


¡Mujer de malos sentimientos!


Pasen bonito día. Al rato les receto algo de Sonitus... :)

jueves, noviembre 09, 2006

Mujer de malos sentimientos...



Desde ayer, que me engenté con una rola del Buena Vista Social Club, la Hurona tiene el nickname de "Mujer de malos sentimientos".

Como la Nena no nos deja dormir, no quiere que la abracemos si estamos sentados, llora cuando no la bajamos al piso y nos muele las costillas al primer chance que tiene, he decidido que, efectivamente y siguiendo las inclinaciones maternales, la cabrona tiene sentimientos de lo más pérfidos...

Mi abuela y mi abuelo me miraron con mucha reprobación cuando me oyeron decirle así. Pero, ¿creerán que la socarrona méndiga se cagó de risa cuando me oyó aquello? Además, miren la foto, ¿a poco no se ve lacra? Esta muchacha tiene talento y futuro, me cae. Va a ser una redomada patada en el culo.

Chido, raza, que tengáis bonito día.

miércoles, noviembre 08, 2006

¡Mucho, Huroncita, mucho!


¡Esa es mi Nena chula y jija del maiz!


Ayer fue un día intenso para la canija: ya se soltó aplaudiendo, descubrió los columpios, sostuvo una conversación larga y tendida en idiomas cthulhescos con su prima Grecia, varios meses menor que ella, dijo que sí por primera vez con su cabecita dura y subió, sola y sin pestañear, las escaleras de la casa, gateando y sorteando todas las dificultades técnicas que el diseño chafa de una casa de fraccionamiento puede entrañar.


¿A poco no es un amor la güerca? ¿A poco no les da pendiente? Ya se me hace que la veo trepada del cerro más pinche de Nuevo León dentro de 15 años (si es que queda algún cerro, pinche o no, ja). Es absolutamente necesario enseñarle a caer sentada y a usar casco de seguridad... Tenemos que convencer a los gatos de que convivan más con ella, para que la enseñen a caer de pie :)


Pasen bonito día.

Esas caídas de la cama...

Y de nueva cuenta, ¡llego tres cuartos de hora antes de mi entrada!

Supongo que no está mal, pero veo que de repe la raza se me queda viendo con mirada suspicaz, como diciendo: "¿de qué privilegios goza esta mona para llegar tarde?". Me imagino que se les olvida que entro a las 9.

Sigo atorada con López Velarde. Me acordé al volverlo a leer que el tipo me gustaba, cuando era estudiante. Es chido redescubrir que, después de todo, la poesía no me es tan inaccesible como creía recordar. Claro que aún no leo a los otros monos. Y lo que está de pánico es que el último poeta es Paz con un fragmentote de Piedra de sol. Que Dios agarre confesados o mínimo pirados a los niños, para que no les pesen tanto no las lecturas, sino los ejercicios :)

martes, noviembre 07, 2006

Suave Patria

Llegué al jale temprano, tempranísimo. A eso de las 11 de la mañana estaba leyendo Suave Patria, para el proyecto que ya ustedes saben. Son casi las 4, y apenas estoy pensando en qué preguntar acerca de ello, que no tenga que ver con la temática (porque la raza va a echar pestes de tratar lo anecdótico en poesía) o con cosas tan fumadas como la versificación y las figuras.

Lo más probable es que termine preguntando por las figuras. What a horrible thing!

Divertíos, ya que a mí no parece dárseme.

A través de la ventana



A través de la ventana

Yasmín Santiago

La ventana secreta(Secret Window)David KoeppEUA, 2004


Una característica notoria de la narrativa de Stephen King es la manera como construye sus personajes. Se trata de individuos que en apariencia se desempeñan de modo normal en sociedad. Son esposos, padres, profesionistas… en fin, el tipo de persona que por méritos propios es apreciada en una comunidad. Sin embargo, bajo esta apariencia yacen elementos discordantes que otorgan al personaje una faceta retorcida en la cual se sustenta la narración.

Mort Rainey es el personaje que Johnny Depp interpreta en La ventana secreta. Se trata (como en muchas de las historias de King) de un escritor exitoso, retirado voluntariamente en su casa de campo luego de una penosa ruptura matrimonial. Rainey intenta retomar el control de su vida y de su trabajo, pero el recuerdo constante de la infidelidad de su esposa, Amy, lo tiene sumergido en una profunda depresión. En lugar de proseguir con su actividad literaria, pasa las horas ocupado en escribir y borrar frases mal redactadas, deambular por la casa con una bata vieja encima o dormir en el sillón, envuelto en una cobija desastrada.

En medio de esta monotonía aparece John Shooter (John Turturro), un campesino sureño que acusa a Rainey de haberle plagiado un cuento, "Secret Window, Secret Garden", y lo peor, de no haber respetado el final. El escritor, tomado por sorpresa, no hace otra cosa que asegurar que la autoría es suya. Shooter entrega a Rainey el manuscrito del cuento, exigiéndole que lo lea y que no inmiscuya a terceros en el asunto, so pena de que éstos se vean funestamente afectados.
Contrario a lo que comúnmente podría esperar el espectador de una película basada en una historia de Stephen King, La ventana secreta no es una cinta de terror, sino de suspenso, y se sustenta en conflictos humanos: las pasiones encontradas que Mort Rainey siente hacia su esposa y el amante de esta, y el desequilibrio mental que dichas pasiones disparan (aunque quizás no originan) en el escritor. En la escena crucial de la película, el manejo de las cámaras permite un bizarro diálogo entre las voces de la cordura y de la demencia, y aunque a partir de ese momento el espectador puede darse una idea cabal de para dónde apunta el desenlace de la película, el suspenso, el humor y el cinismo de los personajes permiten que éste sea enteramente disfrutable.

Basada en el cuento "Secret Window, Secret Garden", La ventana secreta es una película honrosamente realizada por David Koepp (Ecos mortales), enriquecida por las actuaciones de Johnny Depp y John Turturro, quienes prestan a sus personajes una presencia sólida y una psicología redonda. Cabe destacar también las actuaciones de Maria Bello (Amy Rainey), Len Cariou (el sheriff Newsome) y Timothy Hutton (Ted, el amante de Amy) quien, como dato curioso, cuenta en su haber con el protagónico de La mitad siniestra (Romero), otra notable adaptación de King. Todos ellos hacen de sus personajes más que meras comparsas y los convierten en participantes activos de este thriller con tintes dramáticos. Los mayores méritos de esta película son sus personajes: redondos, vivaces y sinuosos; las pulcras actuaciones del elenco y una historia que, si bien en lo argumental no aporta muchas novedades ni a la cinematografía ni a la literatura, es contada lógicamente, de modo que resulta sugestiva para el espectador.

Phillip Glass aporta a la película una música siniestra y angustiosa. Cumple su cometido de reforzar las tensiones tanto del thriller como del estado de ánimo del espectador, aunque dista bastante de ser de lo mejor que el compositor ha presentado al mundo. Es, como mucho, una música correctamente compuesta para la ocasión.

La ventana secreta ofrece una de las mejores adaptaciones de Stephen King que se han llevado a la pantalla en los últimos tiempos, y aunque es difícil compararla con otras brillantes realizaciones basadas en la narrativa de este autor (Zona muerta, El resplandor, La mitad siniestra, Cuenta conmigo, Sueño de fuga), cuenta con la virtud de un guion coherente y una manufactura visual modesta, centrada en contar una historia y no en mostrar grandes efectos especiales. Esta película ofrece al espectador una hora y media de entretenimiento inteligente y de humor retorcido, además de la certeza de que no volverá a consumir maíz si no conoce su procedencia.

Director: David Koepp // Música: Philip Glass // Actores: Johnny Depp, John Turturro, Maria Bello, Timothy Hutton, Len Cariou // EUA, 2004

* Publicado en Sonitus Noctis 2, Junio de 2004 www.sonitusnoctis.com

El bonachón atribulado



El bonachón atribulado

Yasmin Santiago



Tribulat Bonhomet
Villiers de L'Isle-Adam,Clásicos de Bronce, Núm. 33PlanetaEspaña, 2002



Mi nombre es Legión, porque somos muchos.San Lucas, 8:30



Philippe-Auguste-Mathias, conde de Villiers de L'Isle-Adam nació en Francia en el año 1838 en el seno de una antigua familia aristocrática. No obstante el prestigio familiar, creció en la pobreza. En sus años de juventud se dedicó a la literatura, en el ámbito del romanticismo primero, en el del simbolismo después.

Tribulat Bonhomet es una de sus obras más extrañas, matizada por un humor corrosivo y por una acérrima crítica contra la sociedad utilitarista y positivista. Su personaje central, Tribulat Bonhomet, representa al prototipo del burgués decimonónico: orgulloso, necio e ignorante. La vena positivista de su carácter se descubre en un desquiciante fanatismo por la ciencia y el progreso, así como una fe ciega en la razón humana. Lo anterior y su constante menosprecio por todo aquello de apariencia subjetiva, su hipocondría social y su dudosa calidad ética hacen de él uno de los más irritantes, pérfidos y nefandos antihéroes que haya desfilado por las páginas de la literatura universal.

¡Qué agradable es alentar a los artistas!

Rubén Darío definió al doctor Tribulat Bonhomet como "un don Quijote trágico y maligno". En verdad, cada una de las acciones y pensamientos del doctor refuerza la opinión del padre del modernismo.
La primera aventura de Bonhomet habla de sus aficiones artísticas. Como hombre ilustrado que es, Bonhomet se siente más inclinado a las ciencias que al arte, pero de cuando en cuando, condesciende a regalar a su espíritu con algunas delicias estéticas.

En una de sus muchas lecturas, aprende que antes de morir el cisne canta muy bien.
Al doctor Bonhomet le gusta tanto el canto del cisne, que éste se convierte en una de sus aficiones favoritas y más privadas. Ahora bien, la muerte de un cisne es una cuestión enojosa si se deja en manos del destino, razón por la cual el doctor recurre al acecho para obligar a la ocasión a presentarse.

Su gusto por la música del cisne y su maña para procurársela hacen de Bonhomet, no un pérfido matarife, sino un valioso impulsor del arte, que no acepta dificultades ni escrúpulos para alentar a sus amados artistas a crear la obra magna de sus vidas. Aunque ésta implique la extinción del ejecutante.

Veo en esto un vago olor de oscurantismo

Entre una larga lista, el doctor Bonhomet se siente airado de manera especial por dos motivos. La subordinación del ser humano a potencias no domeñadas por la ciencia y la lenta decadencia que ciertas inteligencias subjetivas y románticas filtran en el pueblo.En ocasión del terremoto que sacudió el sur de Francia en el año 1857, el doctor Bonhomet lanza a las cámaras legislativas una moción en la que expone un plan para transformar estos accidentes naturales en herramientas socialmente útiles.

Dicho plan propone la construcción, en las zonas de mayor riesgo, de grandes y lujosos caserones que serán ofrecidos como residencia a los artistas. Ahí, dichos individuos vivirán felices, rodeados de comodidades.

El tiempo y el azar traerán la aniquilación de estos disturbadores de la salud y el orden social. Y como será la rebelde e impredecible Naturaleza la que se haga cargo de esta purga necesaria, los razonables gestores sociales, interesados, como Bonhomet, en la preservación de las instituciones, serán eximidos de toda responsabilidad.

El día sólo tiene veinticuatro horas

La reunión anual del Club de los oportunistas, evento en el que se dan cita los seguidores de los padres del utilitarismo (Mill, Spencer, Smith), presta a Bonhomet la ocasión de exponer sus planes de reestructuración popular, encaminados de manera especial al control de los anarquistas y otros subversivos violentos.

El doctor Bonhomet propone, en lugar de una represión armada, el auxilio de medios más sutiles. Según su estrategia, es posible crear una generación entera de subversivos aletargados, siempre y cuando sea posible utilizar su propia tendencia al vicio para minarlos. Eso, y el cierre de las tabernas hasta bien avanzada la madrugada, labor que sólo el Ayuntamiento puede llevar a cabo, son las pacíficas armas que el ilustre científico piensa blandir para proteger a la civilización.

No creo que el Terror sea una sensación universalmente provechosa

El doctor Bonhomet cuenta, a su pesar, con algunos amigos. Aunque quizás lo correcto sea afirmar lo contrario: el matrimonio Lenoir cuenta, a su pesar, con Bonhomet.
Así como en el exterior Bonhomet es un hábil adversario de la ignorancia, la inutilidad y el desorden social, lo es también en los ámbitos más íntimos de su vida.

"¿Estamos llamados a vivir nuevas cadenas de existencias o esta vida es la definitiva?" cuestiona el doctor Césaire Lenoir sin acabar de imaginar la discusión que desatarían sus palabras.
Naturalmente, Bonhomet se horroriza de la estupidez de su amigo y de su propia impotencia para evitar un tema tan banal como desagradable. Su horror se convierte en una ira asesina e inflexible cuando la ágil inteligencia de Claire, impropia en una dama, deja al descubierto una y otra vez el escaso conocimiento del doctor en esta y muchas otras materias.

Huelga decir que Bonhomet, pertrechado en su estrecha visión positivista, sale muy mal librado del encuentro. Después de todo, no es más que un hombre cuerdo acorralado por dos chiflados: un fanático de la metafísica y una romántica.

El lector se encargará sin duda de dilucidar los misterios que, durante la larga conversación con el matrimonio Lenoir y en los hechos funestos que ocurren después, se dejan alumbrar por la inteligencia de Bonhomet. A la postre, la alambicada concepción del mundo de nuestro personaje se verá fuertemente sacudida gracias a un roce con lo sobrenatural: el reflejo de un fantasma en los ojos de una mujer muerta. En los ojos de su amiga Claire.

...¿después de ti, Señor?

Como queda expresado en el epígrafe que Villiers dispuso para su libro, Bonhomet es un múltiple, un interminable farsante empeñado en multiplicar su huella por el mundo. Como el don Quijote maligno que Rubén Darío percibió, Bonhomet se dedica a atribular a la humanidad con sus necedades, su doble moral y perniciosa presencia. Se muestra dispuesto no a luchar por las causas perdidas, sino a perder todas las causas.

Tribulat Bonhomet es una de las más cínicas y delirantes bufonadas jamás escritas, y el lector se sentirá maravillado, sin duda, por la increíble capacidad de Bonhomet para censurar y destruir todo aquello que no es de su gusto. Pero la sátira es amarga, porque Villiers sabe que Bonhomet es una Legión interminable, que habita insensiblemente en una multitud de hombres, y que está más que dispuesto a arrasar, en aras del amor propio, con lo mejor y más apreciable del espíritu humano.
* Publicado en Sonitus Noctis 2, Junio de 2004 www.sonitusnoctis.com

lunes, noviembre 06, 2006

Diálogo entre el Hurón y el Elfo


Ayer domingo, por la noche:


Hurón: Elfo, deberías inventarle una canción de cuna a mi Huroncita, nadie aquí le canta canciones de cuna convencionales.


Elfo: Pero Hurón, yo invento puras cochinadas.


Hurón: No le hace, la Huroncita no se ofende, ¿no te he cantado la primera rola que le compuse?


Y porque sois vosotros unos preguntones (jajajajajajaja), les receto la finísima pieza de mi inspiración que le compuse a mi pobre Huroncita sufrida, que seguramente se ganará el paraíso por aguantar a su mamá Hurón tan guarra. Favor de imaginar sonsonetito baboso:


Me hago pendeja, mamá,
Porque no quiero comer.
Me hago pendeja, mamá,
Porque no quiero dormir.

Si tú me das de comer,
La comida te voy a escupir.

Porque no quiero comer,
Yo sólo quiero jugar.
No, no, no quiero dormir,
Sólo quiero molestar.

Por eso te digo mamá,
Que me hago pendeja, sí, sí.


Pasen bonito día :)


domingo, noviembre 05, 2006

Se solicita escritor pasmarote para presentación...

Se solicita escritor pasmarote para presentación de libro pasmarote. Ver los requisitos anexos.

Requisitos: Preferentemente, que le guste el horror, la fantasía, la novela negra y demás frioleras por el estilo. Que esté convencido de que Darkness era material para el Oscar, que esté convencido de que Highlander es una joya de la cinematografía del siglo XX, que esé convencido de que Donnie Darko es la película más chingona de principios de siglo XXI, que esté convencido de que Sredni Vashtar es la neta del planeta y que, de paso, tenga vuelta por Monterrey el 13 de noviembre de este año. Asímismo debe sentir respeto (ya que no veneración o mínimo inclinación) por la obra de guarros como Alan Moore, Frank Miller y Mike Mignola, simpatía por Hellboy, John Constantine y Sandman; creer a conciencia que Johnny Depp es un artista incomprendido, que tataree como enajenado las rolas de Nightmare before Christmas y que se encierre en su casa después de cierta hora nocturna, no sea que los zombies de Night of the Living Dead le toquen a la puerta pidiéndole prestada una tacita de azúcar.

Para mayor información, puede usted, escritor pasmarote, comunicarse a este blog, o pedirle a su medium de confianza que me contacte medio telepatía.

Que pasen muy bonito día.

viernes, noviembre 03, 2006

Felices pesadillas


Felices pesadillas
Varios autores
El Club Diógenes, Núm. 200
Valdemar
2003

Una vez tuve una pesadilla. Soñé que estaba dormida y que despertaba. Era de noche y hacía mucho frío. A mi lado estaba mi esposo, dormido. Cada vez que él respiraba exhalaba vaho, así que me levanté a cerrar las ventanas. Pero el frío no cesaba. Salí de mi cuarto buscando más ventanas abiertas. Encontré la puerta entornada de una habitación. Entré. En una cama estaba un amigo muy querido, acostado como si estuviera dormido, pero con los ojos abiertos. Estaba muerto. Sus ojos, fijos en mí, parecían decir: “Vete, no te acerques. No me toques”. Pero lo toqué. En ese momento desperté realmente. Empezaba a amanecer y no hacía frío. Sin embargo, yo lo tenía. Al tocar la mano de mi amigo en mi sueño, había sentido el frío de los muertos. Algún tiempo después vi a mi amigo y le conté el sueño. Recuerdo que le hizo gracia.

Pienso en las historias de terror. ¿Por qué sientes temor de algo que tú, lector, reconoces como ficción? Tiene que ver con los personajes, que son, como todos, personas culpables de algún pecado, vicio o secreto que corroe sus existencias. Siempre están sujetos a la posibilidad de la culpa, y por lo tanto, del temor. Ahora bien, del temor al terror hay sólo un paso que no todos somos capaces de dar, pero que nos resulta perturbadoramente familiar. El terror es el temor llevado a los límites de la comprensión humana. Por ello, no puede ser experimentado por un culpable común y corriente, sino por el culpable arquetípico. El pecador por excelencia: el Transgresor . El que profana los secretos, el que penetra los arcanos, el que tiene tanta voluntad que toma los atajos equivocados. El que en su locura, cree ser digno de rebelarse ante las leyes del universo y poder salir indemne de ello. A este transgresor irredento es a quien la experiencia del terror marca y para quien no existe el retorno.

Algunos de los mejores relatos de terror que he leído se encuentran en el volumen titulado Felices pesadillas . Cada uno de los cuarenta relatos que contiene es sorprendente y efectivo. Cada uno es una bella fábula que tiene a transgresores portentosos como protagonistas. De entre ellos, y por razones de espacio, elijo dos, “La muerta enamorada” y “La pata del mono” para comentarlos.

En “La muerta enamorada” el protagonista, Romualdo , es un seminarista sencillo, casi un santo, que experimenta la única tentación de su vida y cede ante ella. El día en que toma los hábitos, al prosternarse ante el altar, desvía la vista un momento y se aparece ante sus ojos Clarimonda , la mujer más hermosa del mundo. Con su mirada ella lo invita a dejarlo todo y experimentar los placeres del mundo, y aunque en su fuero interno él desea seguirla, maquinalmente hace sus votos y se convierte en sacerdote. Ni siquiera el descubrimiento de que ella es una muerta en busca de amante y de su fama demoniaca apagan el deseo de este joven. Sin embargo, Clarimonda encuentra la manera de zanjar las dificultades, incluso la más penosa: el hecho de estar muerta. Se presenta en sueños a Romualdo y le pide que la siga. Él accede. Así, durante el día, es un sacerdote entregado a una vida de santidad, y durante la noche, es el amante vicioso y desenfrenado de Clarimonda . La vida de Romualdo transcurre entre el placer y la culpa. Cuando descubre que su amante logra superar la muerte bebiendo la sangre de él, se horroriza. Cobra conciencia de hasta qué punto es aberrante su situación: por un lado, es sacerdote; por otro, ama carnalmente (aunque presuntamente en sueños) a una mujer, y esta mujer, muerta, se alimenta de la vida ajena. De la vida de Romualdo . La salvación la encuentra al enfrentarse a su amante tal y como es en realidad. Un sacerdote anciano lo conduce a la tumba de Clarimonda , y sólo de esa manera, y a su pesar, entiende que ese amor es imposible y contra natura.

La clave de la culpa es siempre la codicia. Teológicamente, todos los pecados se originan en ésta. Codicias mujeres, hombres, riquezas, honores, conocimientos. En “La pata del mono”, una familia, los padres ancianos y su único hijo, recibe la visita de un viejo amigo, quien les entrega, no sin cierta renuencia, un amuleto que puede hacer realidad tres deseos. Este amuleto es una pata de mono. El padre de familia pide el primer deseo: recibir dinero. Este les llega por una vía inesperada: el hijo de la pareja muere, y en compensación, les es entregada una considerable cantidad de dinero. El anciano, aterrado, se da cuenta de que el amuleto le ha concedido su deseo, aunque le ha despojado de algo más valiosos a cambio. Decide renunciar a pedir los otros dos. No así su esposa, quien, desesperada, le pide al amuleto que le devuelva a su hijo. Cuando, en medio de la noche, el hombre escucha a su hijo muerto, deforme y corrupto, llamando a la puerta de la casa, le pide a la pata del mono que haga desaparecer a semejante aberración. Y la pata del mono concede su deseo.

El título Felices pesadillas no deja de ser irónico. Por experiencia, sabemos que no existe pesadilla alguna que sea feliz. El título de este libro es una invitación al lector para sumergirse en este mundo terrible y disfrutarlo. El transgresor que todos llevamos dentro puede regodearse en estas historias y salir más o menos intacto, con el conocimiento de que las pérdidas, las locuras y el horror dejados atrás son ajenos y no propios.

Y hablando de pérdida, vuelvo a mi pesadilla. Entonces no lo pensé, pero ahora creo que mi pesadilla fue feliz. Yo no sufrí una pérdida. Desperté y mi amigo vivía. Para mí existió el retorno.

*Publicado en Sonitus Noctis 1, Abril de 2004 www.sonitusnoctis.com

Qué día tan chido...

Pues sí, octubre llegó en noviembre, pero llegó. Disfruten del airecito frío y de la lluvia chingaquedito, que están haciendo un día bonito, bonito.

Hoy voy a leer a Robinson Crusoe. "¿Por qué putas está leyendo el Hurón cosas de preparatoriano?", se preguntará sin duda la raza. "¿Por qué no está leyendo las aventuras y desventuras de Mina Murray y Allan Quatermain o a Jonh Constantine, personajes tan edificantes como virtuosos?".

Nada más fácil de responder: el nuevo de The League of Extraordinary Gentlemen se está dando a desear (o sea que no ha llegado a la ciudad) y el Sr. Sagaz me debe a Constantine para este fin de semana. Robinson y una caterva de personalidades para prepa forman parte de un proyecto para el que trabaja el Hurón, el cual consiste (cómo no) en armar una antología literaria para prepos. La neta, está quedando bien picosa.

Les informo que, como no se me ocurre qué poner en un blog, les voy a recetar (de a uno por día) los artículos que publiqué en la fenecida (creo) Sonitus Noctis. Perdón por la falta de imaginación, la tengo ocupada con Robinson.

Pasen un bonito, frío y otoñal viernes. Ciao.

jueves, noviembre 02, 2006

Ya puestos...

A propósito...

Feliz 2 de noviembre. Que vean muchos muertitos, o mínimo que coman calaveritas de dulce, calabaza en tacha o cafecito con hojarascas.

Chido.

The Matrix has the Ferret!

Pues sí, finalmente sucedió.

¿Qué dijeron? El Hurón tiene hueva y no va a poner su blog. Pues sí, qué hueva, pero igual ya lo puse. El Hurón anda de paseo por la Matrix. A ver cuantos cables de fibra óptica ruñe y cuantos agentes se empina. Ya tendréis noticias mías.

Por lo pronto, saludos raza, y por aquí nos estaremos viendo.