El 4 de noviembre de 2008, murió Juan Camilo Mouriño, en aquel entonces Secretario de gobernación de México.
Ayer, 11 de noviembre de 2011 (el dichoso 11/11/11 que trajo histérica a la raza todo el santo -vale, pinche- día) murió José Francisco Blake Mora, en vida Secretario de gobernación de México.
¿Compló? ¿Destino chingaquedito? ¿Humor negro divino?
Actualmente, Alfonso Lujambio, Secretario de educación pública de México, está gravemente enfermo de cáncer.
Los tres, altos funcionarios del querido y nunca bien ponderado Felipito Calderón.
Conspiraciones mis narices: Calderón trae mala suerte. ¡México, te exhorto a hacerte una limpia con sahumerios y toda la cosa!
(Perdonen mis dos lectores cualquier dedazo posible o contundente: estoy muerta de sueño y algo borracha -y no por la muerte de Blake Mora...).
sábado, noviembre 12, 2011
viernes, noviembre 04, 2011
Atrofia imaginativa
Hace unos días, algunos de mis estudiantes hicieron una representación, accidentada y muy improvisada, de "Un hogar sólido", de Elena Garro. Pocos de los espectadores lo notaron, pero se les olvidó una parte de los diálogos, de manera que medio improvisaron al principio, hasta que la cosa se estabilizó. Yo, en su caso, habría quedado muy escamada con la experiencia y lo máprobable es que jamás me hubiera vuelto a acercar a una representación. Sin embargo, a ellos les gustó, y ahora están planeando montar una pastorela para dentro de un mes.
Son chicos extraordinarios. Escandalosos, como cualquier chico promedio de prepa, estos además son curiosos y receptivos. Les he dado las materias de humanidades y ciencias sociales, y en general les gusta participar, opinar, y sobre todo, leer. Leían de buena gana, o escuchaban a otros leer en voz alta, y les gustaba. La lectura les evocaba sabrá dios qué cosas en la cabeza. De manera que ahora son capaces de hallarle gusto al teatro.
Hoy tuve una sesión de cine muy frustrante con otro grupo. Veíamos "La niebla", de Carpenter, porque con ellos estoy viendo la tipología del cuento, y "La niebla" es un buen cuento de terror. Sólo asistieron dos: las chicas no obtuvieron permiso de los padres para quedarse, uno de los chicos (el que se duerme cada vez que leemos en clase) prefirió irse a jugar futbol americano. De los dos que se quedaron (casi como dice la canción) uno de ellos se retiró porque tenía hambre, y el otro porque no le gusta el cine. Es que es aburrido. Es que no le llama la atención. Tampoco los cuentos de terror. en general, ningún cuento, a menos que sea un manga japonés, de preferencia Evangelion o algo parecido, con personajes muy tristes y profundos, que reflejen lo trágica que es la existencia humana.
Es curioso como sufrimos de atrofia imaginativa en diversos grados, y no sólo las personas que están clavadas en la televisión, o los deportes, o las telenovelas. Este chico gusta de leer, pero en lugar de que la lectura le abra el mundo, él ha elegido cerrárselo. Cuando el medio nos atrofia es triste, pero que uno mismo decida mutilarse, cegarse, encerrarse en un cuartito pequeño, deprimente y a la medida de nuestra autocompasión, no sólo es triste, sino trágico. Y de paso, da mucha hueva.
Son chicos extraordinarios. Escandalosos, como cualquier chico promedio de prepa, estos además son curiosos y receptivos. Les he dado las materias de humanidades y ciencias sociales, y en general les gusta participar, opinar, y sobre todo, leer. Leían de buena gana, o escuchaban a otros leer en voz alta, y les gustaba. La lectura les evocaba sabrá dios qué cosas en la cabeza. De manera que ahora son capaces de hallarle gusto al teatro.
Hoy tuve una sesión de cine muy frustrante con otro grupo. Veíamos "La niebla", de Carpenter, porque con ellos estoy viendo la tipología del cuento, y "La niebla" es un buen cuento de terror. Sólo asistieron dos: las chicas no obtuvieron permiso de los padres para quedarse, uno de los chicos (el que se duerme cada vez que leemos en clase) prefirió irse a jugar futbol americano. De los dos que se quedaron (casi como dice la canción) uno de ellos se retiró porque tenía hambre, y el otro porque no le gusta el cine. Es que es aburrido. Es que no le llama la atención. Tampoco los cuentos de terror. en general, ningún cuento, a menos que sea un manga japonés, de preferencia Evangelion o algo parecido, con personajes muy tristes y profundos, que reflejen lo trágica que es la existencia humana.
Es curioso como sufrimos de atrofia imaginativa en diversos grados, y no sólo las personas que están clavadas en la televisión, o los deportes, o las telenovelas. Este chico gusta de leer, pero en lugar de que la lectura le abra el mundo, él ha elegido cerrárselo. Cuando el medio nos atrofia es triste, pero que uno mismo decida mutilarse, cegarse, encerrarse en un cuartito pequeño, deprimente y a la medida de nuestra autocompasión, no sólo es triste, sino trágico. Y de paso, da mucha hueva.
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