jueves, abril 26, 2007

De Bradbury a Haldeman



La noticia de que se ha descubierto un nuevo planeta, no demasiado lejos de la Tierra, con condiciones presuntamente aceptables para sostener la vida (agua, luz, no demasiado calor, atmósfera, y la posibilidad de establecer nuevos mercados que favorezcan la libre empresa), me pegó duro el martes. Siempre me ha parecido un sueño bonito que un día podamos ir de vacaciones a la Luna, que los que puedan permitirse el lujo de comprar un terrenito en Marte construyan allí su chalet de retiro o casa de campo, que las personas, incluso las miserables, las que no tiene dinero, puedan marcharse a buscar una vida mejor.

Esos son los sueños que Bradbury y muchos de sus contemporáneos pasmarotes de la ciencia ficción nos insuflaron en nuestras mocedades. El hombre exploraba la galaxia, por aquí, cerquita, y ya establecido, se daba el paseo aventurero para conocer parajes más exóticos. Si mal no recuerdo, ese era el rollo de Voltron.

A ver si me explico. La causa de mi azoramiento es el siguiente: hace no más de un año o dos que el engente entre los círculos científicos ha sido la planeación, relativamente seria, de explorar Marte, nuestro vecino tradicionalmente añorado, para ver si es factible habitarlo. Nada ostentoso, nada más una pequeña colonia humana, a ver si pega. Los gringos pudientes ya estaban haciendo maletas para largarse de forajidos, perdón, de migrantes, al planeta rojo. Y poco tiempo después, un nuevo planeta prometedor, bonito, amigable (no como Marte, que tiene sus asegunes), absolutamente desconocido, es descubierto. Es decir, de Bradbury, hemos pasado a Voltron. De las ciudades marcianas, los canales convertidos en polvo, las columnas de plata, los marcianos fantasmales y nostálgicos, hemos pasado (ahora sí) a la exploración intergaláctica.

No crean que estoy alucinando con un grupo de pendejetes encaramados en una serie de módulos que se transforman en robot de batalla. Estoy alucinando con lo cercana que está la ficción de la realidad. Con su capacidad premonitoria. Con la manera en que impacta los sueños y los anhelos de la humanidad, con la manera en que los que tienen poder pueden utilizarla para conseguir más. De alguna manera, mis sueños marcianos (por decirlo de alguna manera) han perdido sus aires líricos y nostálgicos a cambio de una visión más utilitaria y armamentista. Es como si en medio de los paisajes marcianos, serenos, de ensueño que Bradbury nos legó, llegara de pronto Voltron jodiendo edificios y quemando campiñas.

No me quejo, me parece muy chido que el vecindario se expanda. Pero me jode el paso de Bradbury a Haldeman.


Identifican planeta similar a la Tierra

El nuevo planeta podría mantener el agua en forma líquida en su interior, afirman investigadores.

Washington DC, Estados Unidos (24 abril 2007).- Por primera vez en la historia, los astrónomos han descubierto un planeta fuera de nuestro sistema solar que podría ser habitado por el hombre, con temperaturas similares a las terrestres, lo que fue descrito por los investigadores el martes como un gran paso en la búsqueda de vida en el universo.

El planeta tiene el tamaño adecuado para nuestra especie, podría tener agua en forma líquida y en términos galácticos está relativamente cerca, a unos 193 billones de kilómetros (120 billones de millas) de la Tierra. Sin embargo, la estrella que lo ilumina es una "enana roja", más pequeña, oscura y fría que nuestro Sol.

Todavía hay mucho que se desconoce sobre el nuevo planeta, el cual podría resultar inhabitable una vez que se sepa más sobre él. Y hay quienes que señalan que los requerimientos para habitabilidad de los científicos, un tamaño similar al de la Tierra, con temperaturas que permitirían mantener el agua en forma líquida, contemplan en nuestro sistema solar a un cuerpo tan inhóspito como lo es el planeta Marte.

Sin embargo, es la primera vez que se encuentra un cuerpo fuera de nuestro sistema solar que cumple con esos requerimientos.

"Es un importante paso en la búsqueda de vida en el universo", dijo el astrónomo Michel Mayor, de la Universidad de Ginebra, uno de los 11 miembros del equipo europeo que encontró el planeta. "Es un buen descubrimiento, pero todavía tenemos muchas preguntas por responder".

El descubrimiento no ha sido publicado aún, pero sus resultados han sido remitidos a la revista especializada Astronomy and Astrophysics.

Alan Boss, quien trabaja para la Institución Carnegie en Washington, donde un equipo de astrónomos estadounidenses compitió por la búsqueda de un planeta similar a la Tierra, calificó el descubrimiento como "un importante avance en esta empresa".

El planeta fue descubierto por el Observatorio Europeo del Sur en La Silla, Chile, el cual cuenta con un instrumento especial que separa el espectro lumínico para encontrar variaciones en el movimiento de las estrellas que podrían señalar la existencia de otros mundos.

El instrumento detectó un planeta en órbita alrededor de la enana roja Gliese 581. Las estrellas de ese tipo son emisoras de baja energía y leve luz roja, que sin embargo tienen un promedio de vida mayor al de las que son similares a nuestro Sol. Hasta hace unos pocos años no se les consideraba como astros capaces de mantener planetas habitables.

El descubrimiento del nuevo planeta, llamado 581 c, estimulará los estudios de planetas alrededor de otras estrellas poco luminosas. Cerca del 80 por ciento de las que se encuentran cerca de la Tierra son enanas rojas.

El nuevo planeta es unas cinco veces más pesado que la Tierra. No se sabe si es rocoso o formado por hielo, con agua líquida en la superficie. Si es rocoso, como la Tierra, conforme espera la mayoría de sus descubridores, tendría un diámetro una y media veces mayor que nuestro planeta. Si es una bola de hielo, como piensa Mayor, sería incluso más grande.

Mayor información en www.eso.org

2 comentarios:

Renato dijo...

Todos los planetas colonizables vienen a ser, en realidad, provincias de un solo reino ignoto e inmenso llamado Pasmaria, sitio de forajidos, civilizaciones antiguas y, por qué no, también robototes.

Haz de cuenta Shangri-La, El Dorado, la Atlántida, el Polo Sur y la antigua ciudad de los nabateos: las mismas maravillas de antes y después, las mismas quimeras, pero ahora desparramadas en un espacio de algunas decenas de años luz.

En estos casos no pienso en Bradbury ni en Haldeman, aunque vengan al caso. Pienso en cambio en Marco Polo, que invirtió toda una vida en su viaje y volvió para contarlo. Haría falta un moderno Marco Polo que igualmente se gaste la vida en dejarlo todo atrás, ir a explorar en su nave hiperveloz y regresar avejentado y aún con ánimos de narrar lo visto y lo escuchado.

Nicolás Díaz dijo...

Pasmaria, tus hijos orbitan.