miércoles, julio 23, 2008

Lo que trajo el verano

Bueno, pues a petición del David, aquí va un post sobre películas.

El año pasado, el Oportuno y el Magnánimo fueron al cine en tres ocasiones. La razón: la cartelera estuvo muy árida. Vimos 300, vimos Zodiac, y alguna otra cosa que no puedo recordar (así habrá estado).

Este año ha sido infinitamente mejor: El orfanato, Sweeney Todd, There will be blood, No country for old men, Eastern promises, Persepolis, The happening, Hellboy: the golden army, y The Dark Knight. Todas ellas, en mayor o menor grado, merecen un post. Pero son las últimas dos las que se lo llevan: el Oportuno y el Magnánimo llevan esperando cuatro años por la de Hellboy y tres por la de Batman. Y hay que decirlo claramente, son las dos películas que han ansiado ver durante este año.

Cuando la familia Pachuco-Hurón vio Hellboy por primera vez se quedó fascinada. Durante estos años les ha parecido una de las mejores adaptaciones de cómic al cine, si no es que la mejor. Los personajes son adorables, la historia está bien chida, los efectos bien empleados, tiene mucho sentido del humor, y al terminar de verla siempre se han sentido muy contentos y bastante en paz con el mundo. Por esa razón se convirtió en una de sus películas de fondo favoritas: cuando quieren tontear y no tienen ganas de oir música, leer, y no hay nada chido en la tele, la dejan correr en el DVD. La han visto tantas veces, que aunque no le presten atención saben en qué punto va la película nada más con oirla.

Hellboy 2 y The Dark Kinght pintan para lo mismo. Hellboy es una fantasía desatada y desfachatada: absolutamente hermosa, con cada detalle en su lugar, muy emotiva y muy graciosa. The Dark Knight es una película de acción apegada a un cánon clásico (por decirlo de alguna manera): secuencias de persecución impresionantes, efectos chingones, personajes metidos en conflictos sentimentales y éticos cabrones, y por sobre todo, narra una historia perfectamente delimitada. El Oportuno salió del cine alabando todas estas virtudes y declarando que la película le recordaba a la maravillosa Die Hard, lo cual es mucho decir en estos tiempos en los que el género de acción se encuentra reducido a persecuciones pendejas, personajes caricaturescos y explosiones nomás porque sí. Y eso sin hablar de las reminiscencias de The killing joke con que cuenta la película.

En fin, se trata de películas que, a pesar estar basadas en cómics, se convierten en criaturas distintas, autónomas. Así, es posible identificar al Hellboy de del Toro con el de Mignola, y al Batman de Nolan con el de los cómics, y aún así decir que son diferentes. Y que esa diferencia enriquece a los personajes, los hace más interesantes y más perdurables.

Y bueno. El Magnánimo ya está esperando Hellboy 3. Aunque tendrá que esperar otros cuatro años para verla, si le va bien.

1 comentario:

Nahum dijo...

¿Qué te costaba? :-P
A mí me encantó, es arrolladora de principio a fin, no le sobra casi nada, si acaso dos líneas casi al final.