lunes, octubre 13, 2008

Hurona, Hurona...

Dos cosas muy chistosas y muy lindas de la Hurona.

Primera. Sábado por la noche. La Compañía de Luz y Fuerza es invitada a celebrar los quinceaños de la vecinita de al lado. Fiesta linda, pero guarrilla: algunos coches cerraron el paso de la calle por los dos lados y ahí mesmo, en plena calle, instalaron mesas, arreglos florales, música, pista de baile, etcétera. El Oportuno y el Magnánimo llegaron cerca de las diez de la noche, a recoger a la Hurona. Los invitan a unirse a la cena. La Hurona muy mona, en una mesita, cenando salchichas asadas. Y entonces, nomás que sus apás mordieron un taco de carnucha a las brasas, que dice: "Queyo bailar ahí" (señala la presunta pista de baile). Las bocinas lanzan a todo volumen una de esas rolas horrendas hip-hoposas a la mexican curious. La Hurona pide que mamá Hurón la saque a la pista y mamá Hurón se traga la dignidad y la saca a bailar. Y ocurre. Que se suelta a bailar el bicho este, con auténtico ritmo hip-hoposo.

Aún sigo sin entender de dónde le llegó a esta mensa el gene que le permite pescar los ritmos al vuelo. El Oportuno y yo nomás no bailamos nada. Digo, nos gusta la música, pero entre que nos da pena demostrar que bailamos de la chingada y que la neta no nos hace ilusión pararnos a pisarnos mutuamente los callos, el caso es que no somos nada bailadores. Y la Hurona parece trompito. Nomás empieza a contonearse y baila como güerca antrera de dieciséis años. Neta que no me lo explico.

Segundo. Esta noche. Qué digo, no hace ni media hora. La Hurona obsesiva, escuchando como de costumbre su videocasete con rolas y videos de Tom Petty. De repente empieza "You jamming me". Y que se suelta a cantar.

Ya sé: si no habla español, menos va a hablar inglés. Pero les juro que canta en inglés. Claro, sonoro, sin titubeos ni sonrojos. Ya quisiera yo la décima parte de esa seguridad y galanura con que canta la rola.

Esta güerca me da miedo. Es más friki que yo. Me siento como que incapaz de llenar sus expectativas. Como que estoy muy contenta y muy preocupada. ¿Cómo será su adolescencia?

PD: La tercera. A esta güey le encanta el Concierto 5 para piano y orquesta de Beethoven. Ahora ya no sólo pide a Cash y a Gitanos en el carro. También pide "pano".

Weird!!!

1 comentario:

Nicolás Díaz dijo...

Nomás era cuestión de que le pusieran un bailongo enfrente, esto tenía que pasar. Ya la quiero oír cantando en gabacho.