jueves, marzo 24, 2011

Ah, humanidad

Un amigo mío dice que es un error ser amable con la gente. En la época en que convivía diariamente con él, estuve muy conciente de ello, y no intentaba portarme bien con nadie. Pero la verdad, mi temperamento me inclina a tratar bien a todo mundo, aunque no lo merezca.

Lo cierto es que mi temperamento también me inclina a acumular las ofensas y a tomar nota de todas y cada una de ellas, hasta que la burbujita revienta y salpica mierda por todas partes. Defecto de carácter, lo sé, y me ha costado más de una mirada furibunda y silencios incómodos al entrar a una habitación. Sucede que cuando he hecho algo para merecer estos tratamientos, no alego nada. Pero cuando los recibo sin deberlos ni temerlos me pudre. Me pudre y me revienta.

Mi pregunta es (y de antemano sé la respuesta), ¿por qué la vecina es tan pinche imbécil que se atreve a tratarnos como bichos sarnosos? ¿Por qué siempre me toca una compañera maestra que da valores que a mitad de semestre empieza a mirarme torvo y a murmurar que soy una "librepensadora", como si eso fuera malo? ¿Por qué la gente se comporta como si fuera estúpida?

Y claro, se comporta así porque en efecto, es estúpida; y por supuesto, ser amable con los demás es un error. Un error garrafal.

1 comentario:

Jorge Saucedo dijo...

Voto a bríos! No sabemos (para empezar) si la gente es real. Yo me entretengo con esa cuestión, y eso vuelve más complicado y más entretenido el acertijo. Por qué la gente será como es, y actuará como actúa? Y, no siendo real, o siéndolo bajo sospecha, y tal vez no sabiendo ni ocupándose de este importante tema, porqué serán como son y actuarán así? No me queda tiempo de enojarme mucho con la gente. Etcétera.