Un amigo mío dice que es un error ser amable con la gente. En la época en que convivía diariamente con él, estuve muy conciente de ello, y no intentaba portarme bien con nadie. Pero la verdad, mi temperamento me inclina a tratar bien a todo mundo, aunque no lo merezca.
Lo cierto es que mi temperamento también me inclina a acumular las ofensas y a tomar nota de todas y cada una de ellas, hasta que la burbujita revienta y salpica mierda por todas partes. Defecto de carácter, lo sé, y me ha costado más de una mirada furibunda y silencios incómodos al entrar a una habitación. Sucede que cuando he hecho algo para merecer estos tratamientos, no alego nada. Pero cuando los recibo sin deberlos ni temerlos me pudre. Me pudre y me revienta.
Mi pregunta es (y de antemano sé la respuesta), ¿por qué la vecina es tan pinche imbécil que se atreve a tratarnos como bichos sarnosos? ¿Por qué siempre me toca una compañera maestra que da valores que a mitad de semestre empieza a mirarme torvo y a murmurar que soy una "librepensadora", como si eso fuera malo? ¿Por qué la gente se comporta como si fuera estúpida?
Y claro, se comporta así porque en efecto, es estúpida; y por supuesto, ser amable con los demás es un error. Un error garrafal.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
1 comentario:
Voto a bríos! No sabemos (para empezar) si la gente es real. Yo me entretengo con esa cuestión, y eso vuelve más complicado y más entretenido el acertijo. Por qué la gente será como es, y actuará como actúa? Y, no siendo real, o siéndolo bajo sospecha, y tal vez no sabiendo ni ocupándose de este importante tema, porqué serán como son y actuarán así? No me queda tiempo de enojarme mucho con la gente. Etcétera.
Publicar un comentario