Nunca he sido la alegría de la huerta, pero me parece que incluso las cosas de las que antes me burlaba con ganas, o que me valían queso, o que de plano me causaban conmiseración, ahora me resultan amargas a secas. No me hacen gracia. Así de simple.
Y no me gusta: una de las pocas felicidades del amarguetas es poder burlarse de las cosas que chafean. Me fastidia no tener ánimo de reírme.
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1 comentario:
Nah, tirar a lion está rebien.
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