Hola, raza.
Aquí en el primer día de trabajo. Me he quedado muy mal acostumbrada. Como me estaba levantando a las diez de la mañana, la madrugada de hoy me supo a mierda. Pero equis. Llegué a tiempo, aún no he visto a mis compañeritos, aún no sé si el jale del libro se terminó o no, si me van a endilgar algo nuevo. No sé. A ver cómo pinta el negocio hoy.
Cosas de los últimos días del año pasado: por más que hicimos para verlo en su cumple, no vimos al Engendro. Su regalo de cumpleaños sigue en casa. Tiramos hueva como degenerados. No lavamos ni una cobija (y eso que no las íbamos a lavar nosotros, las íbamos a llevar a una lavandería, ja), gastamos el aguinaldo con sabiduría (o sea que la mitad se nos fue en pendejadas) y no nos paramos en el cine. Cortesía de Bianca, nos chutamos Superman Returns y Piratas del Caribe II. Consejo: si no las han visto, no las vean. Superman es una mierda (qué más se puede esperar del pobre güey) y Piratas del Caribe una decepción muy chistosa, pero decepción al fin. Con todo y final a la Scooby Doo. Confieso con vergüenza infinita que Superman fue la última película que vimos en el 2006. Nos dio mucha pena no poder ver otra cosa.
Cosas de los primeros días del 2007: vimos a la D y compañía. Con ella vimos Pitch Black, que le gustó mucho al Pachuco. Y unos días antes vimos El descenso, que es la absoluta neta. Y días después Oldboy. Otra neta. La Hurona creciendo y aprendiendo muchas manías. Preciosa la cabrona. Y terriblemente berrinchuda.
Y así iniciamos el año.
¡Ah! Pintamos el techo del cuarto de los libros. Nos quedó del nabo, pero nos costó tanto trabajo que estamos muy orgullosos del resultado. Ahi se dan una vuelta pronto para que vean cómo nos quedó.
Y ahora, a jalar.
Pasen bonito día.
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2 comentarios:
Pues este mes no esperes vernos, porque resulta que ocuparon al G los sábados, ¡todo el día! y termina tan harto que el domingo ya sabrás cómo anda. Pero hay más tiempo que vida para que nos presumas el techo del cuartito.
Nosotros disfrutamos mucho el tenerlos en casa el viernes pasado. Esperamos devolverles el favor apenas se pueda.
¡Mucho ánimo con el trabajo! Siempre es difícil volver, pero no pasa nada: las cosas que hay que hacer se hacen, y lo demás, es el rebane.
Platicamos prontillo.
El techo que pintamos quedó, ¿cómo decirlo?... "texturizado". Es decir, quedó cacarizo y áspero, con grumos y pintura carcomida aquí y allá, pero si los visitantes no miran al techo ni siquiera notarán los detalles. Eso sí, como lo hicimos nosotros, le hemos agarrado un gran cariño al pobre techo.
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