jueves, enero 11, 2007

Resaca vacacional

¿Qué onda, raza? ¿Saben cual es el síntoma inconfundible de que se cargan una resaca vacacional? Que no tienen nada particular o urgente qué hacer en el jale y en lugar de buscar algo útil qué hacer se ponen a postear pendejadas en su blog.

¿Pero qué digo? ¡Entonces tengo resaca vacacional hace meses, incluso antes de tener vacaciones!

Shitshitshitshitshit y más shit.

Tengo una proverbial hueva.

Mañana voy en calidad de asistente (o sea, de mil usos) a un curso que van a impartir los chicos Villarreal a propósito del libro que apenas hace unas dos semanas terminamos. Davo, uno de mis compañeros, forma parte de la bola. ¿Qué misiones nos tienen reservadas las fuerzas de la ley y el orden? Sabrá Dios. Nomás sé que Mine me enseñó el libro (ya está terminado y quedó bonito) y se lo pepené un ratito para (h)ojearlo y checar algún dato que pueda ser útil mañana.

Así que, en lo que encuentro quehacer, aquí me tienen pasándoles la crónica de un día que tiene resabios vacacionales, especialmente porque traigo ánimo vacacional. Me la he pasado todo el día bostezando cada diez minutos y mirando la hora en el reloj. Sí he estado jalando, para qué me hago güey, pero terminé en un ratito y ahora tengo encima el peso de las horas bien requetemoridas. Le decía al sr. Oportuno en la mañana que en lugar de quejarme debería disfrutarlo, porque no tardan en cargarme la mano de jale. Pero qué quieren. El Hurón se pinta solo en el deporte de quejarse por todo venga o no al caso.

Pasen bonito día.

1 comentario:

Diana dijo...

De hecho, quejarse es un deporte en el que los mexicanos nos cargaríamos todas las de oro, si calificara para las Olimpíadas.

Podrías terminar de armar la imagen perfecta de la burrocracia, y llevarte tu tejido al trabajo. ¡Ah! ¡Y mascar chicle!

Bueno: que pases un chidísimo día de hueva. La mereces, aunque sea para recordarla cuando andes hasta las manitas de jale.